Medios de comunicación e información en carnaval
La intención del escrito es analizar y prospectar el rol de los medios de comunicación: radio, tv, prensa, redes sociales y otros medios alternativos frente al Carnaval Multicolor de la Frontera (CMF). Por una parte, han sido fundamentales en su difusión, han mantenido a la audiencia informando de acuerdo a sus capacidades y perspectivas, han hecho un gran esfuerzo que es digno de reconocer; por otro lado, el carnaval ha tomado dimensiones inesperadas, se ha especializado.
Por : José Humberto Guerrero
Esto obliga a impartir pedagogía sobre el festejo con el fin de traducir y reconocer su sentido y significado. Por eso, la articulación entre medios y organización del carnaval debe ser una estrategia encaminada a conservar, preservar y mantener buena parte de nuestra identidad cultural.
En primer lugar, Ipiales se identifica con elementos culturales, tales como: la papa, el cuy, el pan de maíz, el santuario de Las Lajas, el Puente de Rumichaca y el Carnaval Multicolor de la Frontera, entre otros, dichos componentes son la esencia del ser, sentir, pensar y actuar e identifica parte de nuestra cultura popular.
Seguidamente, la organización del carnaval debe tener un plan de capacitaciones, construir pautas, fijar criterios y diseñar materiales de apoyo para los medios que contribuyen con el aprendizaje de determinados caracteres culturales y cumplen la tarea de formar públicos y audiencias.
Ayer lo medios tenían cobertura limitada, hoy, es ilimitada, nos escuchan y ven a nivel mundial. Por último, los mensajes transmitidos debe ser objetivos, no deben desconfigurar el sentido y significado del carnaval; además, estos son los que proyectan la imagen regional a otros contextos sociales y lo deben hacer con responsabilidad social.
Por otro lado, el carnaval es un ser vivo y dinámico, casi cumple un siglo de historia. En las dos últimas décadas los artistas y/o cultores del carnaval se han cualificado, han constituidos escuelas de danza, sus puestas en escena exigen investigación previa que los medios deben saber interpretar dichos procesos, de igual manera, ha sucedido con las demás modalidades del concurso; asimismo, aplican la teoría del carnaval con un conocimiento técnico y especializado.
En su evolución han aparecido nuevos imaginarios y lenguajes artísticos que exige a los medios cualificarse para poder interpretar sus sentidos; por su parte, los medios se han quedado un poco rezagados, continúan transmitiendo el carnaval con un formato del siglo pasado que perdió vigencia.
Muchos de los participantes son de academia o expertos en las diferentes artes, otros, tienen formación en una determinada competencia artística. Por lo anterior, los medios deben tener un conocimiento mínimo sobre el carnaval y hacer relación con nuestra identidad cultural.
Asimismo, identificar sus simbologías: el matachín, el sol de los Pastos, la reina del carnaval, el cacique Ipial, el diablo, la máscara, entre otros. Además, reconocer los elementos culturales, como: el juego del carnaval, la música, la danza, la representación, los disfraces, el arte efímero, los desfiles y las verbenas populares, etc., que en conjunto forman una unidad dialéctica. Por lo anterior, el carnaval tiene un corpus complejo y su lectura debe hacerse desde diversas perspectivas: antropológica, sociológica, filosófica, política, psicológica y religiosa, etc. Por esa razón, la persona responsable del medio debe tener una formación mínima en cuanto a la teoría del carnaval, si no la tiene, debe estudiar. De igual manera, los medios comunican resultados, deben avanzar hacia los procesos que vienen adelantando los artistas del carnaval.
La tarea de indagación y exploración debe hacerse con anterioridad para no improvisar durante el desfile, en ese orden de ideas, cualquier persona NO puede traducir el carnaval, se requiere conocimiento, experticia y dominio del tema. Los medios siempre narran y/o describen las representaciones. Narrar es contar una serie de acciones, hechos o acontecimientos, reales o imaginarios, del arte puesto en escena. Esto ocurre en un lugar concreto y en un tiempo determinada.
Describir es explicar, de manera detallada y ordenada, los elementos de unas figuras, imágenes y/o cuadro alegórico, etc. Sin embargo, la interpretación que desentraña el sentido y significado de la muestra artística, no se hace. Tampoco el análisis que es descomponer el todo en las partes de una carroza o una figura.
Estas dos últimas categorías requieren de un conocimiento especializado, poseer argumentos sólidos, bases conceptuales y métodos claves para poder hacer la traducción y estar en concordancia con el mensaje que el artista desea transmitir a través de sus creaciones efímeras. Los medios en la última década se han multiplicado y ese comportamiento continuará.
Ayer contábamos con los medios locales: radio, televisión y prensa. En la actualidad se han sumado las emisoras comunitarias de la ex provincia de Obando; igualmente, las plataformas en redes sociales (YouTube, Instagram, etc.), la red de aficionados; además, los medios radiales y televisivos de Tulcán (Ecuador) y canales regionales.
No se tiene certeza de cuántos medios transmiten en esos días el jolgorio, diversión y regocijo; Esto obliga a la organización del carnaval a reflexionar, reconocer la magnitud del problema y buscar alternativas con miras a controlar y regular la información sobre el antruejo.
Por otro lado, no hay una directriz de la organización que administra el carnaval, ni un plan para cuidar, preservar y salvaguardar la identidad cultural reflejada a través de este certamen; tampoco hay unificación de conceptos, criterios y propósitos.
Por lo mismo, controlar la información es prioridad con el fin de que los mensajes no sean contra producentes y sufran distorsión, deben estar encaminados a formar, instruir y construir ciudadanía.
La organización debería certificar a las personas que comentan este magno evento para el próximo año después de desarrollar un proceso previo de capacitación. Así mismo, las preguntas de los medios hacia los participantes deben ser claras, precisas y objetivas, no hay espacio para la improvisación y especulación.
Una pregunta con estas características se hacen cuando la persona que interroga conoce y tiene dominio del tema. Las preguntas obvias deben omitirse o las que son “sin sentido” y tratan de desfigurar las muestras artísticas, un ejemplo de la primera seria: señor alcalde ¿quiénes acompañan su comitiva en este 3 de enero? Todos sabemos que viene acompañado de secretarios, subsecretarios de despacho, el cabildo, el concejo municipal y la banda de músicos, etc.
Igualmente, la entrevista es una técnica de investigación que recauda información valiosa, pero si se hace durante el desfile interrumpe al artista, hace perder la magia y el encanto de su representación. Hay artistas que desean ser entrevistados, hay otro grupo que no. Este impase se soluciona con una producción previa que deben hacer los medios en aras de obtener un producto de calidad.
Transmitir el carnaval implica conocimiento, responsabilidad y compromiso. No es lo mismo transmitir un partido de fútbol y/o una competencia de ciclismo, etc. La recomendación es diseñar un nuevo formato encaminado a mejorar la movilidad y calidad del carnaval.
La percepción, desde afuera, es que el carnaval está desorganizado, pero debemos ponernos de acuerdo los que directa o indirectamente tenemos relación: la organización, los artistas, los medios, los académicos, el público, los vendedores ambulantes, el comercio y las autoridades, etc. Aún no hemos podido establecer un orden ni utilizar la planeación como instrumento de organización. En este intento cada actor debe desempeñar un rol definido, unos más, otros menos, pero todos tenemos responsabilidad.
Una estrategia sería hacer un guion, libreto y/o dossier para que los medios comuniquen el mismo mensaje y no se distorsione el sentido y significado. Esto contribuiría a sentar las bases para crear una cultura del carnaval y sería una importante herramienta didáctica de apoyo. Año tras año se programan foros, hacen recomendaciones, sacan conclusiones, pero no se aplican por la organización que tiene el “poder de decisión”.
En estos últimos tres años no hay avances significativos en este sentido. La organización del carnaval en cabeza de la Subsecretaria de Cultura ha sido inferior a este reto; tampoco ha programado capacitación a periodistas y comunicadores sociales sabiendo la importancia y el papel de los medios frente al carnaval.
Un elemento clave es el juego en el carnaval. Este nace como resultado del juego, el untarse y/o echarse cosmético, talco, carioca, el brindar aguardiente, vino, etc. El juego es la esencia, es lo que le da vida, es su columna vertebral y es el motor del festejo; sin embargo, los medios tímidamente comparten con el público apostado a lo largo del desfile y/o parques donde se ubican las orquestas.
Esos sentimientos, sensaciones, emociones y pasiones, esas vibraciones resultado de la felicidad fugaz y desbordante que experimentan los jugadores. El carnaval es un espacio para desinhibirse, desdoblarse, transformarse y ser otro, hace falta averiguar esa multiplicidad de percepciones e impresiones de los jugadores en el sitio de los acontecimientos.
Los medios deberían publicitar más el juego-diversión y explicar su sentido e importancia, da la sensación que el carnaval solo fuera desfile. Igualmente, promocionar el carnaval con miras a atraer turistas y así dinamizar la economía local.
Como conclusión: estas ideas, deseos y necesidades no se van a dar de la noche a la mañana, es un proceso colectivo y participativo. Requiere de planeación estratégica y de un equipo multidisciplinario que haga seguimiento permanente y continuo. Estamos cortos de tiempo, pero aspiramos a dejar plasmada la idea en la mesa de lo que debe ser el próximo año, hacer una prueba piloto y evaluar.
Sin embargo, dejemos sentadas las bases sobre el cual se debe construir el edificio del cambio y transformación del festejo cultural. Si no damos el primer paso como aspiramos llegar a la meta, atrevámonos a dar el primer paso.
Esto no es posible mientras no haya una organización inteligente capaz de asumir retos y desafíos, que incluya a los artistas y/o cultores del carnaval, y otros que se deben sumar. Estamos en mora de conformar una estructura organizativa que diseñe una hoja de ruta, haga seguimiento, control y evaluación permanente, es decir, que le ponga brújula al Carnaval Multicolor de la Frontera CMF para saber hacia dónde vamos y que es lo que queremos de nuestro festejo.
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