El complejo de Adán, se presenta en la mayoría de políticos cuando una vez elegidos, asumen que el mundo comienza con ellos, responden que cuando llegaron a sus cargos no había nada, y agregan que les ha tocado comenzar desde cero. No aceptan que antes de ellos, muchas personas construyeron sobre lo construido, haciendo un pequeño o gran aporte, desde las normas, los procedimientos y muchos recursos, que no siempre son en dinero.

Veamos algunos ejemplos de este penoso síntoma, comencemos con el señor Iván Duque. En la semana pasada llegó a nuestro departamento a inaugurar obras, como si todas fueran iniciativa suya, nunca reconoció que otras personas trabajaron antes en esos proyectos.

A los malos políticos solo los interesa cortar cintas, inaugurar lo que sea para la foto, así sean obras ajenas o a medias. Veamos las obras de las que se apropió:

El puente internacional del río Mataje, se comenzó a construir por el lado ecuatoriano en el año 2016 y Santos lo inició en el 2018. Duque había dicho con anterioridad que lo iba a terminar en el año 2020.

La carretera Junín Barbacoas, se la conoce como la carretera maldita, por los innumerables problemas que han surgido y que han obstaculizado su terminación hace más de 30 años, con todo el dinero del mundo y en la cual han participado constructoras civiles y militares. No es justo que se lleve todos los honores después de tantos sacrificios de administraciones pasadas.

La remodelación del aeropuerto Antonio Nariño va para ocho años de trabajos, con muchos problemas, más de cien mil millones de inversiones, una de las infraestructuras esenciales para el desarrollo de la región, pero con toda la lentitud del mundo. Lo poco que aporte ahora el señor Duque no le da derecho a adueñarse de la obra.

Y la última, el pedazo de carretera que vino a inaugurar de la doble calzada Rumichaca Pasto, sainete al que se sumó el alcalde de Ipiales, que también sufre de del complejo de Adán hace mucho tiempo, para quien el universo comenzó a andar el primero de enero de 2020, con su posesión.

La doble calzada tiene una historia larga, desde el 2005 con el triste caso de Devinar, una constructora fracasada que se demoró diez años sin hacer nada, con todo un drama para liquidarla, solo en el 2015 una nueva concesionaria iniciaría las labores de la nueva carretera.

Precisamente en el año 2015 inicia la lucha indígena del resguardo de Ipiales, con todo derecho, para lograr un dialogo serio con la constructora, ya que la concesionaria solo quería negociar con cuatro veredas del territorio, este problema tuvo que ser tutelado para que el Ministerio del Interior concediera la razón a los comuneros, de ampliar la participación de las comunidades.

La segunda pelea con la concesionaria fue la derogación de la resolución 1920 del Ministerio de Transporte, con la cual se imponía un peaje en Las Cruces, enfrentamiento que demoró cuatro años, hasta que nuevamente las autoridades tuvieron que darle la razón al cabildo.

Finalmente, seis años después, la concesionaria ha iniciado la revisión de los 43 puntos adicionales, sobre las obras de movilidad para garantizar la vida digna de la población afectada. Son 43 puntos que también han sido reconocidos por la misma constructora como necesarios para la comunidad.

Solo ahora, luego de aclarar los temas básicos, en los cuales las autoridades y la concesionaria tuvieron que reconocer y dar la razón a las comunidades indígenas, ya se puede abrir la consulta previa, igual que lo han hecho con cuatro cabildos, como Montaña de Fuego de Tangua, Catambuco, Putisnán del Contadero y el Resguardo de Iles. Con toda seguridad las comunidades indígenas defenderán sus derechos con toda la firmeza y la honorabilidad como lo han hechos hasta ahora.

Las grandes obras tienen su tiempo, sus esfuerzos y sus etapas, sus problemas y sus soluciones, no se trata de soplar y hacer botellas, todo esfuerzo es un aporte, solo la grosera vanidad y la ingratitud desconocen el trabajo de los demás.

luisalfonsocabrera@yahoo.es

HECHOS DE LA SEMANA

HECHO CONTRA LOS BOMBEROS, con el argumento que no hay recursos, sin previsión se ha desamparado a esta importante institución. No hay gestión, no hay respuestas, ni siquiera se les atiende para buscar soluciones.
Es inaudito que la alcaldía de Villota deje a la comunidad en grave riesgo por la falta de apoyo a una entidad tan importante como es el benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ipiales.