Ese Programa, con una situación de pandemia, no se basó en un diagnostico serio sobre la inseguridad y la problemática social del municipio y en efecto, no contempló medidas para enfrentar los problemas, eso explica que Ipiales siempre ha reflejado cifras de contagio y mortalidad superiores a las de Tumaco, un municipio que casi duplica la población de Ipiales y no cuenta con el servicio de agua potable.

Efectivamente, el Plan de Desarrollo Municipal de Ipiales 2020-2023, se aprobó a pupitrazo, sin lectura, sin análisis, y ahora se cita a los funcionarios a rendir cuentas al Concejo Municipal y nunca les preguntan por el avance del Plan de Desarrollo, solo funciona el comité de aplausos.  

Para confirmar la inutilidad del Plan de Desarrollo Municipal de Ipiales 2020-2023, se puede revisar la Línea Estratégica No 1 sobre la Seguridad y la Convivencia, en la que se contemplan dos o tres cosas sin mayor trascendencia, solo unos renglones de relleno, sin estudio, sin ningún impacto real para solucionar los graves problemas del municipio.

Las soluciones que plantea el “Plan de Desarrollo 2020-2023, Hablamos con Hechos”, en él se contemplan a la seguridad, la convivencia y la participación ciudadana como componentes primordiales del desarrollo social, para proteger derechos y como prioridad de la Administración Municipal.

Veamos que dice el Plan de Desarrollo del alcalde Villota para garantizar la seguridad del Municipio: en el aparte, 2.1.1 propone operativos de vigilancia y control, recuperar los parques, reestructurar la plataforma de emergencias 123, 8 jornadas de sensibilización y 4 iniciativas para la promoción de la convivencia. Todos bajo la responsabilidad del secretario de Gobierno, pero ni vigilancia, ni recuperación de los parques, ni funciona la línea de emergencia, tampoco funciona el secretario de Gobierno, así se lo han dicho en el mismo Concejo Municipal.

Con esta clase de Plan de Desarrollo no se hace nada. Aquí se necesita medidas a corto y largo plazo, con un alcalde y un secretario de gobierno que escuchen a la ciudadanía, que no se escondan. Que coordinen con las Juntas de Acción Comunal las capacitaciones y operativos, los mapas sociales y diagnósticos, recuperando los espacios barriales, arreglando sus vías, mejorando la iluminación, arreglando y recuperando polideportivos, fortaleciendo la minga, fomentando el deporte y la cultura, apoyando con estudio y trabajo a los jóvenes, promoviendo empresa, ayudando a los sectores menos favorecidos. Precisamente todo lo que no se hace.

El municipio se encuentra sometido a la ley del revólver; ocurren balaceras en todos los barrios, atracos y asaltos en todas las calles, sicariato, territorios sin ley y sin autoridad.

En el pasado los alcaldes ante estas emergencias de orden público, ya habían realizado consejos de seguridad ampliados, hicieron reuniones de seguridad con las autoridades departamentales de fiscalía, policía, ejercito, gobernación, SIJIN, GOES, defensoría del pueblo, etc, etc., y en alguna oportunidad se exigió que viniera el mismo ministro de Defensa, quien llegó a Ipiales y realizo cambios profundos en la Policía para detener la ola de homicidios que ocurrían entonces.

Pero en esta oportunidad, nada de nada, la única estrategia es sálvese quien pueda y consiga un bate de beisbol para defenderse.

Desde la comunidad exigimos verdaderas estrategias, cambio de funcionarios por profesionales que sepan del tema y ayuden a salvar la vida, la tranquilidad y los bienes de la comunidad. Administrar el municipio no es solo gastarse la platica del pueblo en construcciones, sino velar por su tranquilidad, por su seguridad y que el territorio sea seguro, pero les quedó grande.

luisalfonsocabrera@yahoo.es