Proceso de Ocupación del Territorio en Ipiales
Panorámica de Ipiales
Panorámica de Ipiales hace 30 años. (Foto: Google)

A la llegada de  los  españoles  procedentes  de  Quito  en  1535, encontraron en el altiplano de Túquerres e Ipiales, las tribus  de los Pastos que poblaban   esta  meseta.  El  asentamiento  de  los Pastos, no sólo abarcaba el altiplano; sino también la parte alta de la cordillera Occidental. Dicho territorio  comprendía  desde el valle del río Chota en la república del Ecuador al  sur,  hasta el curso medio del río Patía al norte del departamento de Nariño.

Entre los años de 1546-47, el  cronista  español  Pedro  Cieza  de León enumera los pueblos de  los  Pastos,  así:  Ascual,  Mallama, Túquerres,  Sapuyes,  Iles,  Gualmatán,  Funes,  Chapal,   Males, Ipiales, Pupiales, Turca, Cumbas.

Otros pueblos que hicieron parte de la cultura de los Pastos,  son aquellos que Jaramillo (1971)  cita:  Males,  Puerres,  Comichala, Tiscuas, Chapal, Carlusanía, Chunga, Yapueta,  Yarabal,  Putisnán, Capuis,  Funes,  Pastas,  Cumbal,  Nastar,  Mallama, Guachucal, Muellamués, Ipiales, Potosí, Iles, Túquerres, Guaitarilla,  Ymués, corroborando la versión del Cieza de León.

Conquistador Pedro Ciesa de León (Foto: Google)

Otros pueblos que hicieron parte de la cultura de los Pastos,  son aquellos que Jaramillo (1971)  cita:  Males,  Puerres,  Comichala, Tiscuas, Chapal, Carlusanía, Chunga, Yapueta,  Yarabal,  Putisnán, Capuis,  Funes,  Pastas,  Cumbal,  Nastar,  Mallama, Guachucal, Muellamués, Ipiales, Potosí, Iles, Túquerres, Guaitarilla,  Ymués, corroborando la versión del Cieza de León.

Para la mayoría de los investigadores, Uribe (1982 ), Moreno  Díaz (1980)  y  Jaramillo  (1971)  consideran  que  dentro de las costumbres y formas de  gobierno  de  los  Pastos  se  destaca  su esquema monárquico al estilo Azteca  o  Inca,  se  organizaban  en beberías o comunidades gobernadas  de  acuerdo  a  un  consejo  de notables. Había también otro gobierno bárbaro sin ley, ni rey,  ni asiento. Citando a De Las Casas, Uribe (1971)  expresa  sobre  los Pastos:  ni  comían  carne  humana,  ni  ofrecían  sacrificios  de hombres como lo hacían los Aztecas y ni  por  memoria  había  algo que oliese a pecado nefando.

Foto: Google

En el territorio de los Pastos se destacaba la bondad de la  madre tierra, rica en producción de  maíz,  gozaba  de  un  buen  clima, buen drenaje, protección y poseían minas  de  oro;  la  encomienda constaba de 240 indios  de mala catadura, no tenían  ídolos  y  la otra vida era para ellos un paraíso de delicias.

Cieza de León, frecuentemente refiriéndose a estos “indios”  decía cosa igual, aportando el dato  de  que  sus  armas  consistían  en palos, lanzas mal hechas, a la vez que eran de poco ánimo.

El  cronista  Cabello  de  Balboa,  quien  estuvo  en  Ipiales  en repetidas ocasiones y por su condición de doctrinero  de  Males  y Funes, expresa que sus casas eran humildes,  cercadas  y  de  gran población.

Y por último Fray Jerónimo Escobar, en  su  descripción  sobre  la provincia de Popayán afirma  sobre  la  escasa  capacidad  de  los Pastos, por cuanto lo que se les ha  enseñado  en  diez  días,  se pierde en diez días; tienen mil vicios  y  bailan  en  las  plazas junto a las ollas de  chicha,  única  ocasión  para  distraerse  (Uribe, 1982).

Ipiales, no  cuenta  con  documentos  inobjetables  acerca  de  su fundación; esto ha llevado a largas  discusiones  históricas  y  a diversas hipótesis  que  afirman  tener  la  razón;    empero,  la dificultad se atribuye a no haber encontrado el acta de  fundación de la ciudad lo que obliga a distinguir  dos  etapas  relacionadas con su fundación: la primitiva y la española, y  por  otra  parte, la  visión  de  la  nueva  ciudad  y  consolidación  de  su  vida municipal.

 

  1. Fundación primitiva indígena.

Se  atribuye  el  asentamiento  de  los  Pastos  en  lo  que  hoy corresponde a la loma de  Puenes,  actualmente  un  barrio  de  la parte urbana del municipio, teoría que es muy dudosa, pues  en  el sector de Puenes no se han encontrado vestigios de  la  existencia de población indígena alguna. ” El  asiento  aborigen  de  Ipiales fue el sitio denominado Puenes, nada de imposible en ello aunque entiendo más que solamente lo afirma la tradición que ha fallado lamentablemente al indicar el nombre de los presuntos  fundadores, lo que torna en sospechosa por lo menos”. (Mejía, 1961: 187).

Ipiales años 40 del siglo XX (Foto: facebook)

Sin embargo, si aceptamos la hipótesis anterior se  da  por  hecho que en este sector se levantaron  las  primeras  casas  indígenas, extendiéndose  paulatinamente  el  poblado  hacia  los   sectores oriente, norte y noreste de la plaza mayor (actual  Parque  20  de Julio),  constituyendo  el  caserío  de  Ipialpud,  nombre   dado inicialmente por los  indígenas… (Mejía, 1961).

  1. Fundación española.

Si se trata de rastrear la fundación española de Ipiales,  lo  más acorde  es  tener  en cuenta como  posibles  fundadores  a  los capitanes de las tantas expediciones españolas realizadas a  estas regiones entre ellos: Diego de Tapia, en la  primera  quincena  de 1535; Pedro de Añasco, en los primeros  días  de  abril  de  1535; Juan de Ampudia, en los primeros días de junio de 1535;  Pedro  de Puelles, el primero de los capitanes de la  campaña  de  Sebastián de Belalcázar, en los primeros días de enero de 1536.

Sin embargo, la historia le atribuye la  fundación  española  de Ipiales a Sebastián de Belalcázar, en cabeza de  Diego  de  Tapia; don Sebastián de Belalcázar quien realizó cuatro viajes a  nuestra comarca,  en  la  campaña  correspondiente  a su segundo viaje, repartió las tierras de las etnias de los Pastos  y  Quillacingas, cuya expedición abarca desde abril de 1535 a enero de 1536.

“Por lo que hace a las encomiendas  y  doctrinas  de  los  Pastos, podemos remontarnos a las conquistas de Sebastián  de  Belalcázar, quien fue el primero que repartió esas tierras entre  los  vecinos de la ciudad de San Francisco de Quito… Años más tarde  tenemos como encomenderos de Ipiales a  Hernando  Cepeda  Ahumada,  casado con doña Catalina Belalcázar, hija  del  adelantado  y  legitimada por la Real Cédula del 11 de Enero de 1541. A la muerte de  Cepeda obtuvo  la  encomienda  de  Ipiales  y  Potosí,   Sebastián    de Belalcázar, nieto del adelantado e hijo de los anteriores. En  las condiciones de encomendero de Ipiales, lo encontramos en  1.568  ” (Coral, 1985: 16).

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Trabajo de compilación realizado por Pablo Díaz Revelo, de la Casa de la Cultura de Ipiales, basado en el documento multimedia, interactivo Volumen 1 “Municipio de Ipiales. Características Físico- Bióticas. Secretaría de Educación Municipal. Coordinador del Proyecto: Julio Ramón Jácome Benavides. 2016

Historia de la construcción del Oratorio y Convento San Felipe Neri en Ipiales

Historia de la construcción del Oratorio y Convento San Felipe Neri en Ipiales

En marzo de 1918, los padres de la Congregación del Oratorio de Ipiales, editaron un pequeño Folleto, “Memoria y Gratitud”, escrito por un padre del Oratorio, cuyo nombre se mantiene de incognito, impreso en la Imprenta la Luz, como un acto de agradecimiento a todas las que personas cooperaron con la construcción del Templo y convento. de la Comunidad Neriana en la ciudad de Ipiales…

100 años del terremoto en Cumbal

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…. “El 14 y 16 de diciembre de 1923 un sismo acabo con el poblado de Cumbal, la mayor parte de sus construcciones se vinieron abajo, dejando un gran número de pérdidas humanas, mucho de los habitantes abandonaron la población ya que se había convertido en escombros; según la escala de Mercalli, el terremoto tuvo una intensidad de 9 grados, por lo que Cumbal estuvo a un solo grado de la destrucción total.”

Otros Retazos Históricos

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