EL ALCALDE DE LA CIUDAD DE LA MIERDA
Por: Alfonso Cabrera J.
Una actividad tan corriente y cotidiana, como la de salir a caminar por las calles de la ciudad, dar un paseo o relajarse un poco después de un día de trabajo, salir con la familia, a mirar vitrinas, o a dar una vuelta por el parque, en Ipiales ese deseo elemental quedó en el pasado, como un recuerdo de tiempos mejores, como una ilusión perdida con dolor y resignación.
Hoy la gente de Ipiales vive en el peor de los mundos, las familias se encierran, los niños no pueden salir al parque, la gente pone cerradura sobre cerradura en las puertas de su casa, candados, alarmas y cámaras de vigilancia, y nada de salir en la noche en una ciudad tomada por el crimen, delincuentes o conductores borrachos que atropellan a la gente todos los días.
Al miedo a la delincuencia se suma el miedo a los locos, a los drogadictos, a los borrachitos que recorren el centro de la ciudad como si fuera su cambuche personal, duermen en la puerta de la aduana, en los parques, en los cajeros automáticos. Ipiales se ha vuelto el paraíso de la locura, la prostitución, las drogas, el desorden, la impunidad y los vicios.
Pero como si no fuera poco el miedo diario de salir a la calle, existe otra amenaza silenciosa, en la que toda la comunidad es víctima sin esperanza, que padece con resignación. Cosa contraria ocurre con los turistas, las visitas, la gente de paso, que mira con asco, con horror, con desprecio.
Usted pone un pie fuera de su casa y pisa mierda, pasa la calle por el centro de la ciudad y todo está lleno de mierda, va a los centros comerciales y la mierda esta por todos lados, si va a un templo o a una cafetería tiene que esquivar la mierda. La calle principal, huele a mierda, mierda floreada.
Al parecer los funcionarios de la alcaldía aman la mierda, salud no dice nada como si no fuera su responsabilidad, el ISERVI está ocupado persiguiendo al sindicato, el encargado de espacios públicos no ha entendido que la mierda está en espacio público y no hace nada, y la oficina de medio ambiente en donde queda, ¿alguien sabe?. Al parecer, el alcalde municipal y sus funcionarios aman la ciudad llena de mierda.
Los visitantes de la ciudad se van con la peor de las impresiones por el abandono, la falta de autoridad y de ética de una burocracia que vive en el pequeño mundo de su escritorio, sin entender que la solución es sencilla, contratar más personal de aseo, crear otras jornadas de limpieza, pero todo el presupuesto del municipio se va para los contratos de cemento, lo que le gusta al alcalde..
Invito al alcalde de Ipiales y a sus funcionarios a visitar Tulcán, en donde sí existe autoridad que cuida y ama su casa, en Tulcán no encuentra basura en las calles, la ciudad es limpia y ordenada, no se ve un perro callejero, hay tranquilidad para caminar por sus parques.
¡Qué vergüenza!
luisalfonsocabrera@yahoo.es
0 Comments