EN EL ARCA ABIERTA EL JUSTO PECA.

Por : Jairo Bravo Vélez

Este apotegma que se ha venido trasmitiendo de generación en generación, vía oral,  y que lo repetían nuestros viejos con intención de mensaje creo, nos cae como anillo al dedo, y adquiere mayor vigencia, desde el mismo momento que se anunció oficialmente la tan esperada y ansiada apertura del puente internacional Rumichaca o, dicho de otra manera, las plenas relaciones fronterizas de dos países hermanos como son Colombia y Ecuador, a todos los habitantes de frontera sur y norte, respectivamente, pero especialmente a los habitantes de Ipiales.

El arca abierta la conocemos pues no es otra que la plena reactivación de la actividad comercial; sabemos que van a llegar nuestros vecinos, con toda propiedad, a llenar sus carros de mercancía aprovechando la beneficiosa situación de cambio de moneda y de calidad de productos.

Es un hecho social indiscutible que se reactiva nuestra economía comercial y sus actividades afines. ¡Bienvenida sea¡. Este largo periodo de ausencia de los ecuatorianos, que no se puede decir fue total, nos enseñó a dimensionar cual es el alcance de nuestra propia economía.

Ahora sí, hablemos de quienes son los que pecan y quienes los justos: Tenemos que confesar, con mucha tristeza y desasosiego, que los habitantes del sur no hemos podido asimilar la cultura del turismo, no la tenemos, estamos muy lejos de poseerla; el policía no sabe cómo recaudar la coima, el agente de tránsito conoce de inmediato a nuestros vecinos y está presto a inventarse una multa o cómo “conciliarla” a su acomodo y beneficio, pero nunca los orientan y les sirven de guía. El taxista con voracidad galopante cobra pero sin hacer la conversión matemática, tampoco orienta a su casual cliente, solo le interesa recibir los dólares.

Los conductores no procuramos darles vía ni les explicamos que van en contravía, por el contrario, o los insultamos o el más benevolente les propina toda clase de improperios o los atosiga con estruendosos pitos, característica de la mayoría de personas que conducen un rodante sin  tener en cuenta la contaminación auditiva; esta perversa conducta creen inútilmente los hace más importantes o les acelera su viaje, cuando lo que demuestra es la falta de un debido comportamiento social.

En el restaurante la tarifa para el ecuatoriano se triplica y en los almacenes la situación sí que es peor. Los comerciantes han aprovechado, sin conciencia y sin contemplaciones  la coyuntura del intercambio comercial para hacer su agosto que se ha convertido en costumbre perversa.

Afortunadamente ante este panorama desolador tenemos que decir, con equidad y con fortuna, que no todos los habitantes de Ipiales somos de ese lamentable temple. No señor. La mayoría somos JUSTOS, para continuar en el contexto del proverbio con que empezamos; pero lamentablemente esa inmensa mayoría carecemos de valor civil, de sentido de pertenencia, de solidaridad, de amor por “la tierrita” y en muchas ocasiones, somos pusilánimes.

Nunca reclamamos, nunca protestamos, nunca responsabilizamos. Aquí nadie dice nada: la movilidad es un caos, las calles llenas de huecos y chambas, no encontramos señalización, utilizamos las calles como parqueaderos, unos, y como sitios de trabajo, otros. Y NADIE DICE NADA.

Un grupo social minoritario que ha pisoteado siempre el principio universal y constitucional de que el bien general está por encima del bien particular nos deja cada y cuando aislados del resto del País y ahora nos tiene casi al borde de que nos quedemos sin el tramo de vía doble calzada San Juan – Rumichaca. Y NADIE DICE NADA. No alcanzamos a dimensionar que si perdemos la doble calzada, en ese tramo, el perjuicio no es solo para nosotros, lo es para la región, para el Departamento, para la Nación y para Suramérica.

 Se cerró la frontera estúpidamente alegando covid 19 y aparecieron pasos ilegales por doquier en los cuales surgieron bandolas delincuenciales y hasta cobros ilegales (peajes) por transitar por ellos, Y NADIE DIJO NADA. Nunca hizo presencia la autoridad en esos sitios. Solamente un pequeño grupo de aguerridos comerciantes, con un gran líder a la cabeza, se tomó el puente en dos ocasiones y ni la autoridad ni sus compatriotas les dimos importancia ni mucho menos solidaridad.

Del doce (12) al quince (15) de cada mes tenemos que soportar en la totalidad de las estaciones de servicio  toda clase de odiosos y vistosos letreros anunciando la terminación del cupo de gasolina y/o ACPM. y nadie dice nada. Después de esas fechas  milagrosamente aparecen otros letreros anunciando que ya hay el producto PERO A PRECIO NACIONAL. y nadie dice nada. Pero el correvedile popular pregunta: ¿dónde queda esa plata de los sobrecostos?. En estos días todos nos hacemos una pregunta: que va a pasar con los combustibles cuando lleguen los ecuatorianos.

No rompamos el arca, no la inutilicemos ni la utilicemos inapropiadamente. En esta ocasión todos tenemos que ser vigilantes para que no ocurran estos despropósitos pero es a la AUTORIDAD a la que le corresponde corregir entuertos. Llego´ el momento de decir ¡BASTA YA¡. Cuando dialogamos con las personas del común salen muchas sugerencias e inquietudes: la primerísima es que debe haber en todo establecimiento comercial, grande o pequeño, el listado de precios, en letras visibles y en lugar visible, debiendo la oficina de Precios y Medidas estar vigilante. El que no lo cumpla o se establezca un sobre cobro debe ser cerrado.

Los funcionarios de espacios públicos deben coadyuvar en este empeño. En los vehículos de servicio público debe operar el mismo procedimiento. La lista de precios debe contener el precio en pesos y su equivalente en dólares.

Debemos prepararnos para ser buenos anfitriones, nos conviene; hay muchas sugerencias, por mi parte lanzo una: como estamos escasos de parqueaderos porque no abrir el del antiguo Centro Comercial Madrugón. (Yo lo destinaria solo para los turistas y no les cobraba, pero sé                                                                         que me van a regañar). Tiene la palabra, Señor Alcalde.

No desperdiciemos esta nueva oportunidad y digamos con Scott Shaw: “Mañana será siempre un nuevo día. Conviértelo en un nuevo día; no lleves contigo las experiencias negativas del pasado”.

jairobravo2010@hotmail.es

1 Comment

  1. Ivan Bastidas

    Excelente artículo. Una verdad de a puño. Ojalá q la.tan anhelada reactivación económica derivada de la apertura de la frontera no sea peor q la misma enfermedad de la desaceleración comercial…hay q estar atentos salimos ganando todos
    o perdiendo todos. Igual ojalá la policia nacional este muy atenta a las bandas y ladrones de turno,que también se sumarán de muchos lados a los propios y tratarán de hacer su “navidad” a costillas de los incautos propios y extranjeros. Ojalá.

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