HAITI, UN ASALTO DE DOS SIGLOS
Por: Alfonso Cabrera J.
Se conoce que empresas privadas de seguridad, como DynCorp y Blackwater, funcionan en estrecha relación con el Ejército de Colombia y militares gringos, desde las épocas del Plan Colombia, con entrenamiento y participando en el mercado de mercenarios
Había una vez un País
había una vez una Ciudad
pero dónde pero dónde
pero dónde
Anthony Phelps
La noche del 6 y la madrugada del 7 de julio, en Puerto Príncipe, Jovenel MoÏse, presidente de Haití, recibió 12 impactos de bala; 21 exmilitares colombianos habrían participado en el hecho, 18 de ellos se encuentran detenidos: (un teniente coronel, un capitán, algunos sargentos y varios soldados profesionales), fueron abatidos tres y ocho más permanecen prófugos. Los colombianos, Germán Rivera y Duberney Capador, participaron en la planeación del ataque, según lo confirmó el director de la Policía Nacional, general Jorge Vargas.
La logística se hizo en Miami, Estados Unidos, allí compraron los pasajes aéreos para los mercenarios y les ayudaron a sacar sus visas, se ha identificado a la firma CTU Security LCC, compañía creada en 2008 en la Florida, su representante es el venezolano Anthony Emmanuel Itriago Valera.
Se conoce que empresas privadas de seguridad, como DynCorp y Blackwater, funcionan en estrecha relación con el Ejército de Colombia y militares gringos, desde las épocas del Plan Colombia, con entrenamiento y participando en el mercado de mercenarios.
Una gran preocupación para nuestro país, es el destino de un alto número de militares retirados que salen de los cuarteles cada año, entre 4.000 y 6.000 soldados profesionales e infantes de marina, otras fuentes hablan de 10.000 o 15.000, militares altamente entrenados, curtidos en la guerra.
En 1991, mercenarios británicos e israelíes capacitaron a los narcotraficantes colombianos para asesinar, secuestrar, fabricar carros bomba, hasta derribar helicópteros, con la asesoría de mercenarios internacionales
El ejército colombiano, proporcionalmente es el más grande y el más experimentado en guerras de América Latina con 213.000 miembros, una cifra que demuestra el deterioro del orden público, la inseguridad y la debilidad de nuestra democracia. En números netos Colombia es el segundo ejército más grande después del Brasil que tiene 235.000 militares, un país cuatro veces más poblado y siete veces con más territorio que Colombia.
Las Fuerzas Armadas son intocables, están por encima de las leyes, quedó por fuera de las reformas de la Constitución de 1991 y de las propuestas del Acuerdo de Paz. Por obvias razones es la institución consentida del partido político Centro Democrático.
Su funcionamiento está cuestionado por diferentes organismos internacionales, por algunos congresistas gringos que se preguntan por el destino de sus dólares de apoyo, y por supuesto por los ciudadanos colombianos, que nos preguntamos por el enorme presupuesto independiente del Ejército, por su entrenamiento, por las manzanas podridas, y por las vidas de los hijos del pueblo que se les entrega, pobres contra pobres en el campo de batalla, como los 6.402 casos de falsos positivos ejecutados por los militares
Haití fue la colonia más rica de Francia, por su gran plantación de azúcar con mano de obra esclava. Haití fue el primer país libre de las Américas, entonces empezó el bloqueo, nadie le compraba, nadie le vendía. Ni Simón Bolívar, que obtuvo apoyo de Haití para la independencia, quien también le dio la espalda.
Haití, devastado por terremotos, empobrecido por los franceses y los Estados Unidos, ahora ha sido asaltado por mercenarios colombianos.
El mundo está en deuda con Haití, la cuna de la libertad, pero todos miran para otro lado.
luisalfonsocabrera@yahoo.es


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