LA BALANZA LABORAL
Por: Darío Pantoja B.
… Tan triste y preocupante la situación de millones de trabajadores que hoy no tienen entusiasmo para recordar las tradicionales jornadas de las centrales obreras en plaza pública, como de miles de socios y propietarios de las micro, pequeñas y grandes empresas, que igual que sus dependientes, también son víctimas de una condición biológica que seguirá vigente por un tiempo indeterminado…
Aún no sentimos todos los efectos de la cuarentena y ya es tangible para un gran número de hogares, la falta de recursos para alimentarse diariamente y para cancelar las obligaciones mensuales. Para todos, aunque en diversa magnitud, el encerramiento nos afecta.
Conmemoramos otra fecha relativa al día del trabajo mientras los datos nacionales –Fedesarrollo- nos informan sobre desalentadoras proyecciones por la contracción de la economía, principalmente en las actividades relacionadas al comercio, transporte, turismo, servicios de comida, entretenimiento y construcción, con la pérdida de 1.4 millones de empleos para los próximos meses. Por lógica elemental, sin empleos no hay recursos y sin estos los hogares reducen sus niveles de consumo.
Tan triste y preocupante la situación de millones de trabajadores que hoy no tienen entusiasmo para recordar las tradicionales jornadas de las centrales obreras en plaza pública, como de miles de socios y propietarios de las micro, pequeñas y grandes empresas, que igual que sus dependientes, también son víctimas de una condición biológica que seguirá vigente por un tiempo indeterminado.
La indiscriminación en el fácil contagio del virus hace que tanta comprensión deba ser otorgada por las empresas hacia sus trabajadores, como de éstos hacia sus empleadores. La vieja filosofía marxista de la dictadura de la clase obrera, hoy debe ceder junto con la ambición expansionista de muchos empresarios -si ambas partes quieren sobrevivir en la larga temporada del Covid-19 sin vacuna- a la balanza entre la ilegalidad en la suspensión y terminación de los contratos laborales, conforme inicialmente lo advirtió el mintrabajo, y la estabilidad financiera de las empresas, según reclaman los comerciantes. Ambas tienen la razón.
Pero por encima de empresarios y trabajadores está un Estado que debe cumplir con sus fines esenciales sin predilecciones ni sesgos presupuestales, pues es tan colombiano el empresario que hace uso del legítimo derecho a la libre empresa, como el trabajador que requiere de su mano de obra calificada o no, para subsistir mientras genera la fuerza personal del andamiaje empresarial.
Difícil situación que se debe cumplir para hacer que las repercusiones en la economía del país sean lo menos traumáticas económica y socialmente, para todos quienes dependemos de la conciencia y la pluma del presidente.
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