LA CORRUPCION DESDE LA ESCUELA
Por: Alfonso Cabrera J.
En estos días la mayoría de instituciones educativas del país han realizado la elección de sus respectivos personeros estudiantiles, un espacio de participación ciudadana que en teoría busca fortalecer el liderazgo juvenil para que asuma la promoción de los derechos de los compañeros y compañeras estudiantes y se responsabilicen por cumplir sus deberes como personas, como estudiantes y sujetos sociales.
La norma es clara en establecer que los personeros estudiantiles tienen como única misión la de presentar ante el rector del establecimiento educativo las solicitudes necesarias para proteger los derechos estudiantiles y coordinar el cumplimiento de los deberes. Solicitudes que deben ser resueltas en última instancia con el Consejo Directivo de cada plantel, como suprema autoridad.
Como todo en nuestro país, las normas son muy bonitas, redactadas con toda la técnica jurídica en tutela de los máximos principios de la constitución y la patria, normas a las que se les pega el chorizo de valores de siempre, la democracia, la participación, el bien común, la vida honra y bienes de las instituciones legalmente constituidas, estribillo de relleno que nadie entiende y nadie hace caso.
Como el infierno, las leyes colombianas están llenas de buenas intenciones, pero en la vida real la ley vigente es la ley del monte, la ley del embudo, la ley para los de ruana.
Efectivamente, es la primera lección que se imparte a nuestros hijos e hijas, quienes en lugar de aprender un buen ejercicio de democracia, las pequeñas mentes de nuestros bebes aprenden a mentir, a vender su conciencia, a ser voltiarepas, a pedir el regalito a uno y otro candidato, aprenden a odiar al contrario.
Los rectores ni se enteran que pasa, los coordinadores de las elecciones ya se dieron por vencidos, siempre repiten las reglas de juego, no incurrir en gastos onerosos, no dar regalos, no invertir en publicidad, no ofrecer lo que no van a cumplir, etc, etc. Pero ocurre todo lo contrario, los candidatos estudiantiles llegan con dulces, colombinas, afiches, botones, regalitos, otros contratan inflables, grupos musicales, comida y todo lo que se le ocurra.
Todos sabemos que el sistema educativo reproduce la ideología del estado, como el mayor aparato de control social y dominación de una comunidad, pero en Colombia, es el colmo del abuso, desde el jardín infantil se reproduce la lección de la corrupción para que los futuros ciudadanos agachen la cabeza y reciban el tamal sin decir nada.
¿Será que a la secretaria de Educación de Ipiales le interesan estos temas, será que existe algún plan de prevención de la violencia en las aulas y los abusos sexuales que también se presentan en nuestro medio, será que hay alguien en la alcaldía que se interese por la integridad física, mental y moral de nuestra juventud? Nadie sabe, nadie responde, a nadie le interesa.
luisalfonsocabrera@yahoo.es
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