La Familia Ipial y el Carnaval Multicolor de la Frontera: Historia, Cultura y Tradición

El Carnaval Multicolor de la Frontera es más que una fiesta popular; es la máxima expresión cultural de los Ipialeños, un evento que mezcla tradición, creatividad y un profundo sincretismo entre lo religioso y lo pagano. A lo largo de los años, esta celebración ha evolucionado, convirtiéndose en un espacio donde la identidad y la diversidad se encuentran a través de la música, la danza, los disfraces y las comparsas.

Un Carnaval con Raíces Históricas

El Carnaval Multicolor de la Frontera tiene sus orígenes en tradiciones que se remontan a los últimos tiempos de la esclavitud en Colombia. Una de las bases de esta celebración es el “juego de la pintica”, que se celebra cada 5 de enero en el marco del Carnaval de Negros y Blancos. Esta tradición simboliza una alusión a la raza negra y tiene sus raíces en el día de permiso que los esclavos afrocolombianos pidieron para pintar de negro los rostros de sus amos blancos, una forma simbólica de revertir las jerarquías sociales.

Con el tiempo, esta práctica llegó a Pasto, donde el 5 de enero se estableció como el “Día de Negros” y el 6 de enero como el “Día de Blancos”. Este sincretismo entre tradiciones religiosas y paganas dio forma a un carnaval único en su tipo, donde la diversidad y el respeto por las diferencias culturales se celebran con alegría.

La Familia Castañeda: Un Símbolo de Tradición

En la década de 1920, la ciudad de Pasto introdujo a la Familia Castañeda, un grupo que simboliza el trabajo y la identidad campesina. Su origen se remonta a una madrugada decembrina, cuando una familia procedente del Putumayo cruzó San Juan de Pasto con todos sus cachivaches. Este evento inspiró una tradición que, desde entonces, se celebra cada 4 de enero, rindiendo homenaje a las familias campesinas y su aporte cultural a la región.

…los campesinos aprovechando su día de asueto, salían de los corregimientos y veredas al pueblo a ‘oír misa’ y más tarde ubicarse sobre las aceras de la calle Real, para aplaudir y animar a sus patrones… ( Comparsa de carnaval, Ipiales, 1960)

La Aparición de la Familia Ipial

En Ipiales, al sur de Nariño, el carnaval adoptó características propias. Antes de 1966, el 6 de enero se celebraba principalmente con cabalgatas protagonizadas por las familias más adineradas de la localidad. Mientras los hacendados desfilaban en caballos ornamentados, los campesinos y pueblerinos se limitaban a observar desde las aceras.

Sin embargo, esta dinámica comenzó a cambiar gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes liderados por Segundo Manuel Solís, conocido como “El Tango”. Inspirado por la Familia Castañeda de Pasto, propuso crear una versión local que representara los valores y tradiciones de Ipiales. Así nació la Familia Ipial el 5 de enero de 1966, una agrupación artística conformada por jóvenes provenientes de barrios tradicionales como El Gólgota y La Crústula, Alfonso López, La Laguna, entre otros.

En relación al Sur de Nariño; según uno de los creadores de la Familia Ipial , Alirio Solís:  ´’En Ipiales inicialmente el carnavalno no tenía ninguna organización; prácticamente el día 6 de  enero se reducía a la salida de las familias pudientes, que invadían la Calle Real (Carrera 6ª) y la carrera  7ª, montados en sus caballos, con disfraces de diferentes matices: reyes, árabes, reinas; lanzándose serpentinas entre sí, visitándose en sus casas, intercambiando gestos de galantería  y coquetería entre iguales.

Mientras tanto los campesinos aprovechando su día de asueto, salían de los corregimientos y veredas al pueblo a ‘oír misa’ y más tarde ubicarse sobre las aceras de la calle Real, para aplaudir y animar a sus patrones junto a los pueblerinos y dejarse maltratar al paso de los corceles, animados por el confeti, las serpentinas o una que otra moneda de real o centavo, arrojada por los poderosos de la comarca.

La Familia Ipial, en Ipiales, es una propuesta artística, que surge por primera vez el 5 de enero de 1966; en Ipiales, en contraposición a las propuestas de celebración del día de Reyes, cada 6 de enero que eran protagonizadas por las familias de los hacendados y terratenientes de la localidad.

Una agrupación artística conformada por jóvenes inquietos, procedentes de agrupaciones musicales, dancísticas y teatrales; trabajadores cívicos, que en su mayoría habitaban el barrio El Gólgota, desde la Gallera hasta los Mártires, desde el 20 de Julio hasta la Crustala y La Laguna donde, se presume, comenzaban los límites del barrio el Gólgota.

En principio La Familia Ipial fue un conjunto de alegorías recreadas con la música, los disfraces, el baile y los elementos propios del juego del Carnaval, puestas en escena por un grupo de inquietos citadinos interesados en implantar y gozar el carnaval.

Al parecer, desde aquel entonces se comienza a cambiar la idea de la celebración del día de Los Reyes Magos que hace alusión a las tres razas, en compaginación con San Juan de Pasto, toma forma el Carnaval de Negros y Blancos en Ipiales el 5 y 6 de enero.

La historia de las cabalgatas en la celebración el 5 de enero, vísperas de Reyes, época de carnaval, en Ipiales, no tiene una fecha exacta como referencia; algunos dicen que data de los años 30, en el siglo XX, otros hablan de tiempos posteriores.

‘’Las cabalgatas de los Vela’’ muchos no las consideraban parte del carnaval, por ello algunos ajenos a estas familias que, generalmente, habitaban el Barrio El Gólgota, para divertirse durante el incipiente 6 de enero espontáneamente se disfrazaban, armaban sus comparsas o murgas y salían en grupos de amigos a pasear por la Calle Real.

Respecto a la costumbre de los disfraces, las murgas, las comparsas, existen fotografías de personajes disfrazados que datan de los años 50. Lo cierto es que el juego del carnaval fue trasladado, poco a poco, desde la tradición carnavalera, de la ciudad de Pasto.

Se rumora, también que en entre las décadas de los 40 y 50 en el tradicional Club Ipiales, se realizaban fiestas de disfraces, donde los más prestantes de la población concursaban; lo cierto es que el juego del carnaval fue trasladado, poco a poco desde la tradición carnavalera de san Juan de Pasto.

En aquellos tiempos, un grupo de inquietos jovenzuelos habitantes, en su mayoría de sectores aledaños a la plaza de la Libertad, como el  Barrio Alfonso López -que por ese entonces apenas había adquirido su nombre, por el traslado de la Escuela- porque antes se lo identificaba como el Chorro y/o Los Mártires-  El Barrio El Gólgota, de  gran tradición cívica y comunitaria, El Charco, La Escala, La Crustala, entre otros, dada la pujanza rebelde de los imberbes que estaban cansados de que en materia de las fiestas  de comienzo de año o, ‘’Carnavales’’ como se  denominaba a la fiesta de reyes, donde ‘’solo los ricos’’ disfrutaran.

Los hacendados de la comarca, cada 6 de enero, salían a desfilar con sus hermosos y briosos “caballos ‘de paso’’, algunos niños tenían que correr ante el peligro de ser atropellados, otros se  arriesgaban por coger las serpentinas, los confites de anís o las monedas que los ebrios jinetes hacían caer para alborozo de la gente y descreste de las jovencitas que se dejaban cautivar, no se sabe si por la imponencia de los corceles o por la prepotencia de quienes los montaban que al decir de la gente era ‘’único día que tenían libertad de andar borrachos sobre los caballos’’

Ligia Zambrano Solis, enfermera obstetriz, cantante y actriz, fue quien apoyo la idea del ‘Tango’ y prestaba el patio de su casa para realizar los ensayos de la familia Ipial, Ademas participaba en el desfile del 6 de enero.

La Familia Ipial marcó un antes y un después en el Carnaval Multicolor de la Frontera. Con disfraces, música y comparsas, transformaron una celebración dominada por las élites en una verdadera fiesta popular. Desde entonces, el carnaval ha crecido y evolucionado, incorporando elementos artísticos y culturales que lo convierten en un espacio de encuentro e intercambio.

Además, las cabalgatas perdieron su protagonismo exclusivo, dando paso a desfiles donde participan personas de todos los sectores sociales. La inclusión de comparsas y murgas, muchas de las cuales tienen sus raíces en las décadas de 1940 y 1950, enriqueció el evento con una mezcla de tradición y creatividad contemporánea.

A mitad de la década de los años sesenta, ya consolidado el desfile del 6 de enero, que seguía siendo encabezado por las cabalgatas pero que ya contaba con un  comité organizador, dirigido desde la Alcaldía municipal, don Segundo Manuel Solís apodado ‘’El Tango’’, de la familia de ‘’Los Solanos’’ o los ‘’Zambos’’ como se las denominaba a aquellas personas con mezcla entre las razas africana y aborigen; éste, una vez retirado del ejército, vuelve a Ipiales y se interesa por la dirigencia deportiva, participa de la marcha de ladrillo realizada en 1964, para la construcción del estadio municipal, integra la Banda Municipal y empieza a mostrar cualidades de líder en varias gestas cívicas y sociales de este municipio. Por esos años se casa y radica en Pasto, según lo cuenta su hermano Alirio Solís:

– ‘’un buen día vino a Ipiales a visitar a su familia  en diciembre (1965) y en una tertulia que hicimos con unos amigos, mi hermano trajo la idea que si en Pasto el 4 de enero desfilaba la Familia Castañeda, en Ipiales debíamos de fundar también una organización en ese sentido para festejar los carnavales (…) Fue así que en 1966 se organiza la primera familia Ipial, y podría decirse que la Familia Ipial que se la llamó así en honor de nuestros ancestros indígenas cambió totalmente el panorama de los carnavales de Ipiales’’. (Relato de Don Alirio Solís en el programa ‘’La Familia Ipial’’ de la Serie Radial ‘’Historias de Carnaval’’)

‘’El Tango’’ convocó a sus amigos y familiares, – unos dicen que fue en casa de los Miranda, por allá en la Gallera del barrio La escala, otros que fue en las instalaciones del Club Ipiales, ubicado a un costado del Parque 20 de Julio, por la calle 9ª.  Allí les contó como en Pasto cada 5 de enero salía un grupo de artistas del carnaval que se hacía llamar “La Familia Castañeda” ´´bueno sería que aquí en Ipiales, en contraposición a las cabalgatas de los Vela conformáramos La Familia Ipial´´. Les comentó.

Entonces ‘El Tango’, asumiendo el cargo de director, diseñó la propuesta de lo que para él debía ser la Familia Ipial, la puso a consideración; lo acompañaron, en  la iniciativa, entre otros:  su prima Ligia Zambrano, una comadrona de prestigio por aquella época, actriz de teatro reconocida; ella con la anuencia de doña Magola Dorado y otras damas entendidas de la modistería, se encargaron, a escasos días del trascendental acontecimiento, de diseñar el vestuario no sin antes, los inquietos Ipialeños haber visitado los almacenes de telas de la ciudad solicitándoles la donación de los materiales para la costura del vestuario y, de ser posible, les ayudaran con algo de dinero para el restos de elementos que se requerían para el montaje de las comparsas y disfraces.

¿Quiénes integraron la primera Familia Ipial?

Participaron de la primera Familia Ipial, además de Don Segundo Solís y doña Ligia Zambrano, entre otros: Alirio Solís, Carlos Orbes Cabrera, Gerardo Flórez, Glauco Miranda, Edgar Riascos, Libia Burbano, Judith Vela Bolaños, Carlos Garzón,  Justiniano Pepinoza, Segundo Pio Tena, Carlos Montenegro (Toli de la Barca), Yolanda Burbano, Campos López, Magola Dorado, Cruz Trujillo,  Gerardo Cabrera, Julián Burbano,  Marcos Miranda, Alirio Mejía, Jorge Coral, Pablo León Mora (“el Buril), Milton Cabrera, Oswaldo López Viveros, Jorge Burbano, Marcelo Tibanta, Francisco Solís, Rosa Lía López,  Guillermo Parra ‘’El Porky’’, Ricardo Huertas.

Doña Ligia Zambrano, integrante de la familia Solís, era una reconocida enfermera; mujer con inclinaciones artísticas, actriz que participaba en las sabatinas del Teatro Bolívar, haciendo parte del montaje de varias obras, fue una de las fundadoras de los Coros Cantares del Sur. Ella prestó un lugar de su casa, para que los improvisados artistas pudieran ensayar (repasar) al tiempo que los adiestraba en la actuación. En la calle 17 entre carreras 7a. Y 10a. frente a lo que hoy es el Banco de la República, nacieron los ensayos de la Familia Ipial.

Más tarde se integran: José Aulo (“el Loco”) Polo, Héctor Bolaños, Julio Pineda Solís, Carlos Montenegro Calderón, Carmen Miranda, Bolívar Zá Parra, Ricardo Solís, además de un grupo de  colaboradores y colaboradoras que se encargaban del maquillaje y  elaboración de las figuras y disfraces, entre los que se cuentan a: Elvira Bolaños, Graciela Solís, Olga Estupiñán, Aura Solís, Kety Ramírez, Carmela Solís, Luís Chaves, Justiniano Revelo, Pablo Emilio Miranda, Magola Dorado de López, entre otros  que no superaron el anonimato pero que sin lugar a dudas fueron de trascendental importancia. (Lista Suministrada por don Alirio Solís).

No cabe duda que de esta franca y amena tertulia convocada para cristalizar la idea del popular “Tango” nace un hito que parte en dos la historia del incipiente carnaval de Negros y Blancos en Ipiales. En plena década de la rebeldía juvenil, bajo un nuevo criterio y una idea diferente al carnaval de Pasto para mostrar el arte y la valentía de la gente a través de sus expresiones de inconformidad ante los atropellos administrativos y el sentido de alcanzar la conquista de sus ideales ciudadanos fuera de toda discriminación racial o condición sexual, surge el segundo día de Carnaval, el Día de Negros cuyo eje central es el desfile que se lo denomina La entrada de la familia Ipial

Con gran calidad artística y un fino humor picaresco que de inmediato fue aceptado por los espectadores, aprendices del juego de carnaval, que empiezan a halagarlo con las serpentinas, los aplausos y los gritos “¡Que viva el 5 de enero!’’, ‘’¡Que viva la familia Ipial!’’  (Aquí uno de los primeros integrantes: de izquierda a Derecha Alirio Mejía, Ligia Zambrano, Carlos Montenegro Solís (Tolí ) y Josefina Guerrón)

Los primeros días del año 1966 las calles del pueblo son sorprendidas con una cantidad de carteles que anunciaban la llegada de “una tal “Familia Ipial’’ “¡Espere la Familia Ipial!’’… ¡Ya viene la familia Ipial!’’…

Y efectivamente, al medio día del 5 de enero, en medio del juego con cosmético negro, aparece una numerosa comparsa de carnaval que bajo el nombre de La Familia Ipial se toma a Ipiales bajo el marco de la práctica del Teatro callejero, el cual estaba en boga en todo el País, dada la plena época de la revolución latinoamericana y juvenil, donde el arte escénico, según José Áulo Polo, quien más tarde también integró la Familia Ipial:

‘’es asimilado como expresión estética y artística de La Familia Ipial por lo tanto, desde un comienzo la propuesta para el 5 de enero se basaba en un libreto elaborado previos repasos permanentes y cotidianos de quienes la integraban’’

Con gran calidad artística y un fino humor picaresco que de inmediato fue aceptado por los espectadores, aprendices del juego de carnaval, que empiezan a halagarlo con las serpentinas, los aplausos y los gritos “¡Que viva el 5 de enero!’’, ‘’¡Que viva la familia Ipial!’’

El Cacique Ipial abanderado del desfile de Negros

Con la Familia Ipial llega un personaje que en la mayoría de los carnavales del mundo existe; una especie de ‘’Rey Momo’’, de ‘’Joselito Carnaval’’, o ‘’Pericles Carnaval ‘’. A Ipiales llega ‘’El Cacique Ipial’’; según Alirio Solís, quien representó a este personaje por primera vez y durante 9 años consecutivos. El Cacique Ipial era el personaje central de la Comparsa’’.

“Prácticamente era un personaje serio, que encabezaba la comparsa, con su corte. Era quien pronunciaba el discurso (leía el Bando), una vez terminado el desfile en Parque 20 de Julio, donde se congregaba una gran multitud de gente, -según se decía- hasta en las casas donde estaban celebrando el carnaval, paraban la fiesta, para escuchar el discurso que era transmitido a través de las nacientes emisoras de la localidad”.

Carlos Hualpa, encarnando al Caique Ipial, ha encabezado los últimos desfiles de la  Familia Ipial desde que apaarece la modalidad de estampa Principal.

El Bando era una especie de decreto de carnaval por medio del cual el Cacique Ipial saludaba a la multitud, les ordenaba empezar el baile y pintarse las caras; disponía que se establezca el imperio de la alegría en la ciudad durante los días 5 y 6 de enero.

‘’Su contenido era bastante llamativo por la forma franca como se criticaba las cuestiones sociales políticas y culturales de la ciudad”, según lo cuenta quien representara por primera vez al cacique Ipial. Don Alirio Solís.

Además de Alirio Solís también han representado al Cacique Ipial:  Servio Tulio Ceballos, Gerardo Villacrés, Luis Alberto Noguera, Miguel Ángel Solís, José Hernández Pardo, Henry Sánchez Pardo, Carlos Hualpa,

La Familia Ipial representación de las tradiciones y expresiones políticas de la época.

La Familia Ipial desde entonces se institucionaliza como un elemento trascendental en el carnaval  con el discurso o bando decretado y leído por el Cacique Ipial, con los motivos críticos del acontecer mundial, nacional, departamental o local, con la representación histórica de sus tradiciones de su idiosincrasia mitos, leyendas de corte ancestral, sus dolores, alegrías que con los disfraces, las comparsas y las murgas y uno que otro carruaje vestido para la reina espontánea que podría haberse asemejado a los carros alegóricos o carrozas como se las conoce ahora.

La Familia Ipial iniciaba su trabajo mediante una convocatoria abierta, a través de la radio, invitando a toda la ciudadanía, -al que quisiera participar- era una organización de puertas abiertas – según lo manifiesta Alirio Solís- se nombraba una junta, con su presidente, su tesorero, el secretario y un fiscal; ‘’así llegaban señoritas, jóvenes, personas de gran civismo.

En los dos años subsiguientes a la creación de la Familia Ipial ‘’El Tango’’ fue quien ideó los números, con la colaboración de otros allegados, se hicieron los montajes, se escogió el titulo general de la comparsa y los números detallaban acontecimientos políticos y sociales acaecidos durante el año en el ámbito mundial, nacional, regional y local.

Representaciones cómicas interpretadas por artistas, actores y actrices destacados, que hacían parte de La Familia Ipial, quienes mediante la crítica y el humor negro; por ejemplo, destacaban la actuación del alcalde, del concejo municipal o de alguno de los funcionarios de la administración local regional o nacional.

El teatro Callejero se institucionaliza con la familia Ipial

Una serie de motivos tanto en disfraces como en comparsas y murgas empiezan a representarse, seriamente, proyectando el acontecer social de la ciudad, el realismo mágico se infiltra en las propuestas artísticas en el carnaval del 5 de enero, reconocido día de Negros.

El montaje de representaciones escénicas de grandes obras literarias y del teatro del absurdo, que más que hacer reír a la gente la impresiona por lo casi real y descarnado de sus escenas; son algunos de los números que se representó la familia Ipial en los desfiles del 5 de enero, auténtico teatro callejero integrado por más de 40 personas que de a poco se fueron apropiando de esta iniciativa.

Para José Áulo Polo Narváez, que integró y dirigió la familia Ipial, ‘’las escenas eran representadas por artistas innatos como Gerardo Cabrera, Ligia Zambrano, Pablo León Mora, Campos López, Guillermo López un sinnúmero de elementos que formaron parte de esa organización carnavalera, sin lugar a dudas fue lo más avanzado de lo que en Ipiales se ha visto en lo que es el teatro callejero’’

Muere el ideólogo de la Familia Ipial.

El 28 de diciembre de 1.968, desafortunadamente, tras padecer una penosa enfermedad, muere en la ciudad de Pasto don Segundo Manuel Solís ‘’El Tango’’ fundador e ideólogo de la Familia Ipial, pero días antes ya había dejado organizando la participación del grupo para el carnaval del 69; sin embargo, sus compañeros, familiares y amigos, en honor a su memoria deciden no participar.

En adelante asume el liderazgo Alirio Solís, hermano del finado ‘’Tango’’ deciden también participar en el desfile del 6 de enero con el propósito de ganar algún premio en la modalidad de comparsa, que ya a finales de los años 60, la Alcaldía a través de la conformación del Comité de Carnavales, empezó a darle forma a la fiesta y, mediante la designación de jurados, a asignar premios los tres primeros puestos en las diferentes modalidades que hasta ese momento habían sido representadas por espontáneos desinteresados.

Y el pueblo empezó a disfrutar del carnaval de Ipiales dejando de desplazarse a la Ciudad de Pasto, como acostumbraban hacerlo muchos de los Ipialeños que ya le habían cogido el gusto al juego de la pintica.

Con propuestas como ‘’Un Día de los Mayas’’, ‘’Sanatorio psíquico’’ ‘’El patio donde se cobraban las rentas’’ Hiroshima mi amor’’ ‘’Alí Babá y los 40 ladrones’’ la Familia Ipial, participaba en concurso de comparsas el 6 de enero ganando siempre el primer puesto; en ese momento más del centenar de personas  hacían parte de esta agrupación.

La original Familia Ipial, recorrió desde 1966 cerca de 17 años las principales calles de Ipiales al son de la Guaneña y otros sones festivos del sur, interpretados a través de los viejos instrumentos de la Banda Municipal que por ese entonces se la reconocía cariñosamente como la ‘’La Banda de Los Panchos’’.

En un momento determinado la Comparsa de la Familia Ipial, llegó a tener cerca de 130 integrantes lo cual, en el desfile, abarcaba algo más de 4 o 5 cuadras, por las carreras 6ª y la 7ª lo que, en ese entonces, era la senda del Carnaval. Entre paso y paso de esta comparsa el pueblo gozó y se divirtió con respeto y cultura.

La Familia Ipial se consolida y se mantiene como un espacio para la expresión en carnaval con elementos puramente citadinos; con la presentación de estampas basadas en las técnicas del teatro callejero, propuestas de transformación extraídas de la revolución juvenil, el cine mexicano, y la incipiente televisión nacional cuya señal entró a Ipiales a mediados de 1969.

Primera crisis de La familia Ipial

“Posteriormente muchos integrantes de la Familia Ipial, habían muerto, otras se habían retirado y no dejó de ocurrir algunos eventos en que la gente no entendía la filosofía de la organización y quisieron darle otro rumbo, fue entonces cuando los dirigentes fundadores de la Familia Ipial preferimos darles paso a las nuevas generaciones” (Alirio Solís).

Finalizando la década de los 70 la Familia Ipial entra en crisis; don Alirio Solís, por motivos de trabajo debe trasladarse a Pasto, por lo cual renuncia a la dirección de la comparsa; se presentan divergencias entre los integrantes que quedan; se discute sobre la necesidad de buscar recursos, por lo que la participación en el 5 de enero comienza a decaer en número de integrantes y calidad de los motivos

En los años ochenta, el 5 de enero día de negros y la Familia Ipial comienzan a ser objeto de análisis por los inquietos del arte y la cultura, se empieza a asumir el carnaval como una expresión artística y cultural que debe transformarse; asimilarse como un espacio propio para el juego. 

“la integración, la recreación la recreación y la unión de todas las culturas que llegan año tras año en busca de alegría y diversión” en un espacio para el reencuentro con la tierra y los ancestros, simbolizando con el color negro.

Por esta época Ricardo Solís junto a sus hermanos y su madre doña Carmela Solís “La solana”, asume la organización de la Familia Ipial, y de manera inconsulta termina inscribiéndola con ese nombre ante la Cámara de Comercio, con las características de fundación.

La entrada de la familia Ipial cobra características netamente aborígenes, centrada en la cultura Pasto.  En ocasiones asumen la realización del desfile los cabildos indígenas,

La Familia Ipial lo ancestral y mitológico como identidad cultural del 5 de enero

La casa de la Cultura de Ipiales en 1984, empieza a generar una serie de foros donde con el antropólogo Milcíades Chaves, la historiadora Lidia Inés Muñoz Cordero, el Magister Edmundo Osejo Coral, el Investigador Carlos Villareal, entre otros más se empieza a hablar de la identidad del carnaval de Negros y Blancos de Ipiales, sugiriendo la inclusión de raíces indigenistas.

La entrada de la familia Ipial cobra características netamente aborígenes, centrada en la cultura Pasto.  En ocasiones asumen la realización del desfile los cabildos indígenas, La Fundación Familia Ipial, en otras, organizaciones culturales como La Casa de la Cultura que, hasta 2011, siempre participó con una propuesta en este día de carnaval; El grupo Rebelión, la Familia Verdugo Flórez, entre otras.  El resto de estampas se suplen con propuestas artísticas contratadas por las entidades centralizadas y descentralizadas de la Administración Municipal.

Bajo la coordinación del denominado Comité de Eventos y Festejos, desde la Alcaldía Municipal, las propuestas sobre la familia Ipial, no concatenan con la idea que encabeza el desfile, se propone una variedad de ritmos, desaparecen la comparsa y los disfraces y tienen cabida los colectivos culturales, procedentes de la ciudad de Pasto. Y además reductos de murgas tradicionales aprovechan la fecha para que se las contrate.

Finalizada la primera década del siglo XXI la responsabilidad de la Familia Ipial, en su propuesta principal fue asignada mediante concurso, pero al respecto,  surgieron críticas e inconformidad por cuanto los ganadores, han presentado una propuesta para calificación y sustentación ante el jurado y han salido con algo totalmente diferente, falto de coherencia y criticada por la baja calidad; lo cierto es que este día ha pesar de considerarse una de los principales en la salvaguarda de la identidad, se había debilitado hasta el punto de convertirse en una manifestación sin trascendencia en el carnaval Multicolor de la Frontera.

En 2008 el Comité de eventos y Festejos para el 5 de enero del carnaval, promueve el concurso de una estampa principal que represente La Familia Ipial, pero sigue cubriendo el resto del desfile con participación de las entidades descentralizadas del municipio que, sin ningún criterio de consolidación cultural contrata grupos coreográficos foráneos, murgas y danzas que no respetan la identidad ancestral que se le pretendía dar a este día del carnaval.

En 2014, Luís Gerardo Rosero Obando, artista reconocido del Carnaval de Nariño, con trascendencia internacional, ganó el concurso del 5 de enero y con su propuesta cambió el panorama de este día, con la representación de una Familia Ipial de características meramente ancestrales, una mezcla de ritos y tradiciones extractadas de la cultura Pasto, lo cual impactó entre los jugadores del Carnaval. En 2015, volvió a participar el maestro Luís Gerardo y vuelve a ganar.

En esta ocasión se notó más coherencia y madurez entendiéndose que conforme sugería el artista, debía ser la consolidación de la entrada de la familia Ipial, basada en lo ancestral y en la cultura indígena asentada en el sur de Colombia

En 2016, igualmente la propuesta seleccionada fue la de Gerardo Rosero, desaparece la participación de las entidades de la Administración Municipal y se invita a grupos y colectivos de la ciudad para que participen con propuestas complementarias a la familia Ipial, cuestión que en ese momento fue bien recibida por el pueblo, lo cual permitía vislumbrar la consolidación identitaria del día de negros en el Carnaval Multicolor de la Frontera.

Para el carnaval del 2020 el concurso de la estampa principal de la Familia Ipial la gana un grupo de indígenas de la vereda La soledad, que anteriormente habían hecho parte de las propuestas de Luis Gerardo Rosero, por lo que se siguen notando rasgos de sus propuestas.

En 2021 no hay carnaval dado la situación de la Pandemia del Coronavirus, y en 2022 se vuelve a notar la baja en la propuesta de La familia Ipial  y por capricho y para alagar las nostalgias del gobernante de turno vuelven a aparecer los grupos coreográficos de la ciudad de pasto y las entidades descentralizados vuelven a salir con sus comitivas igual sucede en 2023 donde con dolor se nota la desnaturalización cultural del carnaval Multicolor de al Frontera, en todos los días que lo integran.