La minga indígena ejemplo de participación ciudadana
Por : Luis Alfonso Cabrera
La participación ciudadana es uno de los fines constitucionales del Estado, o sea que al Estado le corresponde promover la participación ciudadana, con voz y voto en las decisiones que los afectan, en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación.
Luego de tres días en Cali las comunidades indígenas que forman la Minga se expresaron en total armonía con las autoridades del Valle (Alcaldía, Policía y Guardia Indígena), ahora preparan su marcha hacia Bogotá, en un recorrido de cinco días con paradas y manifestaciones en Armenia, Ibagué, Fusagasugá y Soacha, hasta terminar en la capital en donde esperan encontrarse con el presidente de la República.
Medio gabinete ministerial estuvo en Cali en entrevista con los delegados del Consejo Regional Indígena del Cauca, (Cric). Los delegados del gobierno se reunieron con los delegados del CRIC. Los dirigentes indígenas solo se reunirán con el presidente, de autoridad a autoridad, como debe ser.
Los requerimientos de la minga indígena se concretan en tres puntos:
- El primero, el más importante, la defensa de la vida. En el Cauca se han perpetrado 9 masacres, con 36 víctimas mortales y 47 líderes indígenas asesinados. Una razón más que suficiente para reclamar.
- El segundo es el debate con el presidente sobre temas estructurales del país, como el fracking, la consulta previa, las fumigaciones, los derechos constitucionales al territorio, el trabajo, entre otros.
- El tercer punto es la paz, la guerra no es el camino.
Los requerimientos de la minga es un clamor de todo el país en favor de la vida, la naturaleza y la democracia. El país debe apoyar y agradecer a la comunidad indígena por su alto grado de organización, valentía y profundo sentido cívico y democrático, al dar ejemplo de verdadero compromiso ciudadano en defensa de los derechos fundamentales.
Duque le tiene miedo a un dialogo cara a cara con el pueblo, es un personaje que ocupa la silla de Bolívar sin mayores méritos. Su gobierno asegura que está haciendo “grandes esfuerzos”, que ha cumplido, pero los cadáveres dicen lo contrario. Extrañamente critica a la Minga porque es política, cuando la política es un derecho constitucional de todo ciudadano.
La Minga indígena es el mejor ejemplo de participación ciudadana, como sujeto de derechos con capacidad de proposición, elaboración, ejecución y control a las instituciones del Estado.
Solo la participación ciudadana construye una verdadera democracia deliberativa, sustentada en procedimientos legales y éticos. La participación ciudadana es la piedra angular de una democracia, de la nación, de la constitución de 1991.
La participación ciudadana es uno de los fines constitucionales del Estado, o sea que al Estado le corresponde promover la participación ciudadana, con voz y voto en las decisiones que los afectan, en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación.
La participación ciudadana hace parte de la soberanía popular, que establece que el poder soberano es del pueblo. Entonces el presidente se está negando a escuchar al pueblo, a su verdadero patrón, no el otro.
La participación es un derecho fundamental, civil y político, de aplicación inmediata, y amparado por acción de tutela.
La Ley 134 de 1994 reglamenta la participación ciudadana, y aclara que las posibilidades participativas no se limitan a unos pocos mecanismos, no se limita a los escasos espacios ofrecidos por el Estado, la participación ciudadana tiene múltiples expresiones y diversos escenarios alternativos.
La Corte Constitucional, resalta en numerosas sentencias, que la participación es principio fundamental del Estado y un derecho fundamental, y ha ordenado insistentemente en la ampliación de los espacios democráticos para darle a los asociados la oportunidad no solo de elegir mandatarios, sino también de participar directa y frecuentemente en las actividades políticas y en la toma de decisiones que los afecte como comunidad.
Es claro que las comunidades indígenas son el pueblo soberano expresándose dolorosamente en sus necesidades de reclamar por la vida y la paz, con todo derecho y dentro de los principios constitucionales.
Es el inquilino de la Casa de Nariño el que se encuentra fuera la ley, que no cumple la constitución en su mandato de escuchar al pueblo y garantizarle la vida, la honra y los bienes para una vida digna.
La minga nos da una gran lección al pueblo colombiano, de civismo, organización y cultura democrática, al participar activamente en el ejercicio de los derechos, para defender la vida, el derecho sagrado que este gobierno no defiende.
LOS HECHOS DE LA SEMANA
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HECHO ANTILABORAL:
Los trabajadores sindicalizados de la alcaldía reclaman del Alcalde respeto laboral, respeto a la ley, que cumpla con los acuerdos aprobados, desobediencia que podría constituirse en prevaricato, porque son normas que no admiten discusión.
HECHO INAMOVIBLE
Las autoridades no saben dialogar. Dialogar no es hablar para que el otro le obedezca en el tiempo que le conviene, dialogar es construir confianzas, construir rutas, entender al otro, buscando tiempos. Nunca enojarse. Y aceptar la consulta previa.
Totalmente de acuerdo, donde dialogar es buscar la solución de la manera más confiable en la participacion activa de defender los derechos y defender la vida que es lo mas sagrado, vidas que el Gobierno no defiende.