LA PRESENCIALIDAD SIN GARANTÍAS

  Por: Alfonso Cabrera J.

En estos días se discute la orden nacional de volver a la educación presencial, por una parte, el gremio docente mantiene su posición de exigir garantías para volver a clases, con toda razón, y por otra parte, el gobierno nacional sin mayores inversiones, ordena el fin de la virtualidad y la alternancia.

La pandemia desenmascaró la verdadera dimensión de la pobreza colombiana: pobreza hospitalaria, pobreza en agua potable, pobreza en infraestructura educativa, pobreza en conectividad de internet, pobreza familiar, -que se agravo con el desempleo-.

Muchas familias pasaron de tomar tres comidas a dos, las familias de ingresos bajos pasaron hambre por falta de recursos, además la violencia intrafamiliar ha crecido, como los problemas psicológicos de la familia, sin mayor atención por el sistema de salud.

El histórico descuido de la educación pública ha quedado a la vista, como el hacinamiento creciente de niños en las aulas, lo que imposibilita el distanciamiento, la ventilación, la señalización de espacios y la inexistencia de baños idóneos y dignos, sin ningún insumo de aseo.

En un departamento industrial como Antioquia, 500 de sus colegios no tienen agua y en el Chocó ningún colegio tiene agua permanente. Las recomendaciones de lavarse las manos, evitar aglomeraciones, evitar espacios cerrados y garantizar distanciamiento social, muchos colegios no lo van cumplir.

Por el crecimiento poblacional y las enfermedades, la educación en un futuro cercano será virtual, pero nuestro país no está preparado, entre otras razones por la falta de conectividad de calidad.

Mientras los estratos 5 y 6 tienen internet casi en un 100%, en el estrato 1 el servicio llega apenas a un 17%, lo que ha incrementado la deserción escolar, muchos jóvenes abandonaron los estudios para salir a trabajar. Los más afectados, como siempre, son los niños pobres, que seguirán siendo pobres por falta de oportunidades.

En muchos colegios utilizaban dos y tres alumnos por computador, vale la pena destacar a las maestras y maestros que han ido más allá de lo posible, con actividades pedagógicas, creativas y comprometidas, pero que no son suficientes para solucionar el problema.

Muchas familias no cuentan con un computador para cada hijo, más del 66% de los colegios públicos no tienen conexión a internet, y en las zonas rurales el 80% no hay conexión.

Los estudiantes conectados a Internet de alta velocidad en sus casas y con computadores tienen más habilidades digitales, mejores calificaciones y mejores resultados en las pruebas SABER. Todo lo contrario: la mala conexión o el acceso a las clases por medio de teléfonos móviles aumenta la desigualdad social y la pobreza.

El Gobierno nacional ha destinado apenas 90.000 millones de pesos para elementos de bioseguridad, 2 millones por sede. Cuando en realidad se necesitan por lo menos 600.000 millones. El gobierno tampoco les dio prioridad a los docentes para vacunarlos, como sí lo hicieron otros países. El gobierno tampoco acepta como enfermedad profesional las posibles incapacidades por el COVID-19.

Los niños quieren volver a los colegios a jugar con sus amigos, los niños quieren volver a abrazarse; pero eso no será posible, en los establecimientos educativos, seguirá el aislamiento y las distancias.

¿Qué estrategias psicológicas se van a implementar?, ¿Los gobiernos nacional y municipal cuánto van a invertir en saneamiento básico y bioseguridad?, ¿van a contratar nuevo personal? ¿Qué orientaciones tendrán los padres de familia para recibir a los niños que vuelvan a casa después de clases? ¿Cuántos computadores van a entregar a las familias pobres, cómo avanza la conectividad gratuita para los colegios y barrios pobres? ¿Cuándo van a vacunar a toda la población infantil y juvenil?

Mientras nos hacemos esas preguntas, el Gobierno trata con más cuidado a los hinchas deportivos, el Estadio Libertad será habilitado para recibir sólo el 25% de espectadores, en un espacio amplio y abierto, con personas vacunadas. Los niños irán en montonera, sin vacunas a espacios cerrados.

luisalfonsocabrera@yahoo.es

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