… En nuestra región, mientras el gobernador de Nariño muy sensato insistía en el toque de queda, en Ipiales fue la confusión, el alcalde en otro hecho desatinado, expidió dos decretos contradictorios a última hora, con horarios distintos, favoreció la montonera con el cambio de restricción de pico y cedula por el de género…
Precisamente, cuando la Organización Mundial de la Salud anuncia al mundo que la pandemia está entrando a una fase peligrosa, que el número de muertes se ha multiplicado y que hay nuevos brotes en otras regiones del mundo, en Colombia a nuestro ilustre presidente se le ocurre la gran idea de autorizar el Dia sin IVA, con el fin de reactivar la economía.
La publicidad de la exención del IVA fue tan grande, que logró convocar masivamente a la gente en pleno pico de la pandemia y multiplicar las ventas de los grandes almacenes para satisfacer los caprichos tecnológicos de los usuarios de las tarjetas. El resultado era obvio, desorden, indisciplina, ausencia de control de las autoridades, violación de los protocolos de bioseguridad, violación de horarios, pagos en efectivo, desconocimiento de los productos exentos de impuesto y del porcentaje, gente sin tapaboca, apeñuscados, peleándose los televisores. El coronavirus en oferta.
El presidente en su balance estaba feliz, le había cumplido a sus patrocinadores, dijo que hubo buen comportamiento, que las ventas crecieron el 1000%, que hay unos detallitos que hay que resolver para los próximos días sin IVA.
Los ministros del Interior y de Comercio habían advertido a los alcaldes sobre las prevenciones que debían tomar para el Dia sin IVA, sobre las normas para evitar desordenes y contagios masivos en los centros comerciales, la implementación de medidas sanitarias, capacitación de trabajadores para atender al público, incentivar a las transacciones electrónicas para evitar aglomeraciones. Pero nada se hizo, hubo montonera.
Solo en Bogotá y Cali, sus alcaldes tuvieron la precaución de cerrar centros comerciales porque no cumplieron los protocolos, en el resto del país imperó el desorden, la falta de autoridad y los contagios masivos. Algunos alcaldes responsables están pidiendo al gobierno nacional que suspenda los demás Días sin IVA, como la alcaldesa Claudia López, quien con toda razón le ha reclamado al presidente, “…que no ha cumplido con la entrega de ningún ventilador UCI, pero si causa la mayor aglomeración de gente en la capital, subió las ventas, pero bajó las vidas”. Claudia insiste al gobierno que los próximos días sin IVA se hagan para las ventas por internet.
La lección aprendida es que Colombia no está preparada para la reactivación económica, ni los gobernantes gobiernan ni la gente se cuida, y a los grandes almacenes les importa solo vender, no la salud de la gente.
Para vergüenza de nuestro país, varios periódicos mundiales como The New York Times, se han burlado de los colombianos por el éxito del “Covid Friday”, una política absurda del gobierno de Duque, de apoyo a los ricos, de contradicción en la pedagogía y la provocación del contagio en sitios cerrados. Otros periódicos titularon: “Colombia, Un día sin IVA o un día sin Vida”.
En conclusión, la promoción sólo fue en favor de los almacenes de cadena y en contra de la vida de millones de colombianos, en donde sólo podían comprar las personas con cuentas bancarias y tarjetas, como siempre, los pobres no se beneficiaron porque no tienen tarjeta, ni efectivo, y se quedaran sin televisor, sin celular, sin computador. ¿Quién pierde? La salud, porque la exoneración del IVA se traduce en dejar de recibir un billón de pesos en impuestos, con lo que se pudo adquirir 300 unidades de cuidados intensivos.
En nuestra región, mientras el gobernador de Nariño muy sensato insistía en el toque de queda, en Ipiales fue la confusión, el alcalde en otro hecho desatinado, expidió dos decretos contradictorios a última hora, con horarios distintos, favoreció la montonera con el cambio de restricción de pico y cedula por el de género. Dentro de quince días conoceremos las consecuencias de sus experimentadas decisiones.
El viernes 19 de junio de 2020, pasará a la historia como el día en el que fallo todo, desde el presidente de la república, los alcaldes, los organismos de control y los ciudadanos consumidores de tarjeta.
Fuimos los idiotas útiles que arriesgamos la vida para caer en la mayor estafa del año, nos metieron el cuento de la reactivación económica, nos convencieron que había una rebaja del 19%, pero en el mejor de los casos fue del 16%, muchos negocios subieron los precios, mientras en el comercio electrónico todo estaba más barato y con entrega a domicilio. La lección debe ser clara, la primera vez es aprendizaje, la segunda vez es estupidez.
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