S.O.S Colombia
Por Alveiro Tulcán Ortega
Este texto no es para mamertos, es para abstencionistas, votiblanquistas y Uribistas. Después del cuestionado triunfo de Iván Duque a la presidencia con dineros del narcotráfico –DECIAN – los barristas de derecha a todo pulmón ¡DUELA A QUIEN LE DUELA! Les pregunto: ¿les está doliendo? Unos dirán que sí, otros no dirán una sola palabra.
Este texto no es para mamertos, es para abstencionistas, votiblanquistas y Uribistas. Después del cuestionado triunfo de Iván Duque a la presidencia con dineros del narcotráfico –DECIAN – los barristas de derecha a todo pulmón ¡DUELA A QUIEN LE DUELA! Les pregunto: ¿les está doliendo? Unos dirán que sí, otros no dirán una sola palabra.
Es difícil ser colombiano, ver como el país está desmoronado, con los peores índices de la historia, tanto económicos como sociales y no señores, no es culpa de la pandemia, es culpa de 200 años de vida republicana donde los mismos se rotan el poder, sin que el pueblo sea superior a sus gobernantes ¡200 años carajo! más de 40 guerras civiles y no aprendemos.
No hace falta ser estadista, para saber la verdad, esa realidad que está oculta en los territorios, hoy en Buenaventura el narcotráfico y paramilitarismo “gobiernan” “a su manera” sin que el Estado haga la mínima presencia en el puerto miles de Bonaverenses han sido desplazados las últimas semanas, mientras tanto Ivancito con su garbo característico y exceso de ‘malparidez presume ultra congeladores y plan de vacunación sin vacuna.
Volviendo a la premisa, desde la otra orilla se advertía que el regreso del Uribismo era una amenaza por que volvería el narcotráfico y el paramilitarismo a reinar con sus consabidas practicas criminales, los eufóricos con fincas imaginarias respondían nos convertiremos en otra Venezuela, hoy Venezuela ya cuenta con el primer lote de vacunas ¿cómo les quedó el ojo? estimados galopantes con corceles de madera.
¡Qué maravilla! Ahora somos la peor versión de Colombia, esa Colombia de masacres diarias, esa Colombia indiferente cuando muere un líder social, esa Colombia que no sale del letargo de la reconquista española, esa Colombia que necesita urgente un cambio extremo, una nariz que huela el perfume de la flor nacional y no sienta el olor del dinero P U B L I C O, unos ojos que vean por el desvalido y no por el interés del banquero, una lengua que emita un discurso constructor de paz y no de odio, donde un día podamos sentarnos en la misma mesa sin que la sangre corra sino que circulen las ideas en pro de un objetivo común.
El grito no solamente viene de este escritorio, viene desde todos los hemisferios es un grito furibundo ávido de soluciones, no de promesas de cada cuatro años de líderes de barro moldeados por el marketing político, el negocio de negocios, por eso en los tarjetones abunda el crimen y la suspicacia, suben a costa de lo que sea porque de allá no los baja nadie, después aparece en el juego la imperiosa necesidad que carcome al votante y recibe en cajas de chicle 50 mil pesos, el bulto de cemento o la lámina para cubrir el techo de la casa que ningún gobierno le garantizó. Sé que en el fondo se les pasa por la cabeza la siguiente frase:
¡Quieren todo regalado!
Jamás ponen en consideración que solo exigimos derechos y los derechos no se mendigan, pero por debajo de la mesa justo en este mismo momento en algún lugar de este “humoso país” como dice el poeta Vladimir Ascuntar, están contratando pechugas de pollo a 40 mil pesos o la nueva perla ¡Taran! ¡taran! tintos a 10 mil; esto es una canallada, luego entonces ¿Quién es el que quiere todo regalado? Esto nos debería unir antes que dividir, pero no, nos seguimos jalando de las mechas.
Aunque el origen de todo obedece a varias razones entre ellas ese gen arribista y ventajoso que tiene el colombiano promedio y lo podemos resumir en los siguientes adagios: “el mundo es de los vivos” o “el vivo vive del bobo” de manera que, es heroico colarse en la fila del banco, robarse el dinero de la mesita de noche de tus padres, hacer chanchullo en el parcial o examen, en fin (ya saben a qué me refiero) con la gran diferencia que ellos se enriquecen con nuestros impuestos y el que hizo trampa sigue la espiral del embuste sin saber el inmenso daño que le hace a la sociedad.
Queremos conquistar eso que por hegemonía nos han usufructuado, queremos un país liderado por personas del común que no sucumban ante el poder y el dinero, perdón si me puse mamerto o “moralejo” como decía el gran Facundo Cabral ¿Qué culpa tengo yo? si soy quimérico, vale la pena soñar hermanos, no podemos seguir este camino, Colombia requiere un cambio histórico a la altura de los retos de la actualidad, no podemos equivocarnos una vez más ¿Qué país le estamos heredando a nuestros niños? ¿es justo que el discurso guerrerista se mantenga en el poder mientras nuestros hermanos se baten hasta la muerte por algo que no comprenden?
Este es el momento, “donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra” como dijo Gabo en su discurso al recibir el nobel.
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