En marzo de 1918, los padres de la Congregación del Oratorio de Ipiales, editaron un pequeño Folleto, “Memoria y Gratitud”, escrito por un padre del Oratorio, cuyo nombre se mantiene de incognito, impreso en la Imprenta la Luz, como un acto de agradecimiento a todas las que personas cooperaron con la construcción del Templo y convento. de la Comunidad Neriana en la ciudad de Ipiales.

El documento, al parecer, fue publicado con el fin de recolectar más recursos para la terminación de los paramentos del Templo, pues en su introducción contine el siguiente texto:

“Los PP. de la Congregación del Oratorio de Ipiales, han acordado editar un pequeño Folleto constante de dos partes: La primera descriptiva de la Obra de Sn. Felipe Neri, y la otra eucarística o de acción de gracias a la Providencia, y a todas las personas, que han cooperado para la construcción de nuestro Templo y Convento. El Templo, Dios mediante, de dedicará al culto público en el año en curso. Los días de esa solemne inauguración se avisarán oportunamente.

El 26 de mayo se verificará un BAZAR, con el fin de allegar recursos pecuniarios para los paramentos del Templo. Las personas de buena voluntad envíen los objetos a esta Congregación –lo publicamos ahincadamente – para auxilio de obra tan laudable. La rifa de los objetos se efectuará el día precitado.

El último florón para la corona de méritos de nuestros benefactores será el será el objeto u objetos para este BAZAR de caridad.

Íntimamente convencidos del espíritu caritativo de nuestros favorecedores, les damos con antelación nuestros sinceros agradecimientos.”

<< En razón de las facultades concedida por nuestro Santísimo, Señor, la sagrada. Congregación de los eminentísimos y reverendísimos cardenales de la Sta. Iglesia Romana encargada de los Negocios y Consultas de los Obispos y Regulares, considerado lo expuesto, benignamente concede al Obispo las facultades necesarias y oportunas para fundar el Oratorio, según expuso, como lo más lo juzgare conveniente en el Señor, – Roma, 18 de marzo de 1.985. – Cardenal Verga Prefecto. >>

<< Haciendo uso de las facultades a Nos concedidas por la sta. Sede, de las cuales se ha hecho mención arriba, erigimos canónicamente, en la Ciudad de Ipiales, el Oratorio de los PP. de Sn, Felipe Neri, y tanto el Templo como la Casa, según sus Reglas, independientemente de cualquier otro oratorio de la misma Congregación, pero con los Privilegios concedidos a la Casa de Pasto – En fe de lo cual etc. – Dado en Pasto a 13 de junio de 1894 – Manuel José, Obispo de Pasto – Concuerda con los originales – Manuel José, Obispo de Pasto.

S, S.

Anselmo Guerrero, Pbro. secretario>>

La Fundación del Oratorio

• Esta ciudad reclamaba necesariamente un Templo y Convento para cumplir los fines de nuestro Instituto, a saber: La dirección de las almas, la frecuencia de sacramentos, principalmente los de la confesión y comunión, la predicación de la palabra divina y la oración, como el propio nombre oratorio manifiesta. El esplendor del culto divino, la celebración de los Santos Misterios y la Sagrada. Liturgia exigían un templo que, de alguna manera, fueses digno de la majestad de Dios. Si el Rey Salomón exclama, cuando la construcción del templo de Jerusalén: <<La casa que deseo edificar, ha de ser grande, por cuanto grande es el Dios nuestro sobre todos los dioses ¿Quién pues, habrá tan poderoso, que pueda elaborarle casa digna de Él? Si el cielo, y los cielos de los cielos, no le pueden contener: ¿Quién soy yo, para poder edificarle una casa? Más tan solo para esto, que se queme incienso en su presencia. << (I)

Si entonces que sólo por la nueve, el fuego y la luz se transparentaba la divinidad, tenía Salomón tan grande idea de un templo. ¿qué hubiera hecho ahora que dice el señor:

<< Yo estoy con vosotros dice el Señor, hasta la consumación del siglo y todos los días.>>

Allí está verdadera, real y substancialmente en el Sacramento del Altar. Y esta causa potentísima para que todos sus hijos vengan en torno de El, a elevarle plegarias y a recibir misericordia y gracia.

_{(I) Sgdo Lib 2 de Los Paralipómenos Cap. II vers 5 y 6}

ADQUISICIÓN DEL TERRENO PARA EL TEMPLO Y CONVENTO

Como suele acontecer, muchas eran las deliberaciones y ofertas de terreno para la Congregación, que estaba para fundarse, hasta que Dn. José Palacios Rosales, indicó al R. P. Dn. Ramón María Jurado, entonces Prepósito de la congregación del Oratorio de Pasto, que a la sazón estaba en esta ciudad, un huerto muy espacioso, en su mayor parte, de propiedad del Pbro. Dn. Ramón España, oriundo de Pastás, hoy Aldana. Está el precitado huerto, casi a las afueras de la ciudad, y N. Este de la población, Aquel lugar era conocido con el nombre de CUEVA SANTA.

El M. R. P. Jurado, de gratísima recordación marcho a Cumbal, en donde se encontraba el Pbro. España, condiscípulo y amigo del R: P: Jurado. Con su donaire de costumbre, exquisito trato celo infatigable y don de gentes, cualidades que poseyó el R. P. Jurad, obtuvo del Pbro. España y por Documento Público hizo la cesión del terrero, comprando además algunos huertas y casas contiguas al fundo, para que toda la donación fuera ogra del Padre España, al que Dios le habrá Retribuido ampliamente, y al R. P. Jurado, que merced a su sagacidad y tino logró dadiva tan considerable.

Cuanta la leyenda que aquel sitio se llamó << Cueva santa >> porque en cierta ocasión de la guerra entre pupialeños e ipialeños, se salvaron allí en esa cueva algunos pupialeños perseguidos de muerte. También huela otra leyenda; dicen que en el huerto había un corpulento árbol llamado mano de león, en donde se encontraban los niños de la población para sus infantiles juegos de verano. Hoy gracias a la Providencia, en este lugar está plantado el pequeño y humilde arbolito de la Congregación de Sn, Felipe Neri, vástago desprendido del añoso árbol de la Congregación del Oratorio de Pasto. Dios quiso que una simiente del majestuoso árbol de la congregación del Oratorio de Roma, viniera flotando a través   del Océano hasta el Valle de Atriz, allí se plantó, dio fruto opimo y voló de nuevo hasta Ipiales, en dónde otra vez empieza a dar frutos que según el querer de Dios, se trasplantarán otro suelo ¡Ojala que las aves del cielo, las virtudes siempre se acampen bajo sus frondas, llenas de verdor y lozanía!

Dirección de la Obra

Iniciada la residencia de los RR. PP. Filipenses en Ipiales, se creó una Junta directica de los trabajos del Templo y Convento del Oratorio de Sn. Felipe Neri, con Reglamento especial, elaborado por los DD: Avelino Vela, J, Clímaco Burbano y Evangelista León La expresada Junta, se constituyó así: presidente el R. P. Don. Luís Gutiérrez V. Miembros: DD: Avelino Vela, Clímaco Burbano, Sres. Evangelista León, Roberto Rosero, Ramón Rosero, Andrés Reyes, Daniel Rueda, Delfín Martínez, Pompilio Gutiérrez, Secretario. Nicanor C. Guerrero y tesorero, Bautista Bravo.

Con todo el rigor del Reglamento ad-hoc funcionó la expresada junta hasta 1894. Las Actas de Sesiones, el libro de Proposiciones, el de Registro de contribuyentes, etc. reposan en el Archivo de la Congregación. Esta meritísima Junta verificó el contrato para la dirección de la obra, con el Arquitecto Don. Rafael de la Vega, el cual a su vez asoció a Don Leónidas Gutiérrez, quien con planos que se elaboraron desde el comienzo, y con otros que se han construido después, ha llevado a feliz término la obra del Templo y Convento, con algunos percances como acontece casi siempre en obras de esta naturaleza. Don. Antonio Doring, alemán, que trabajó el plano en su mayor parte, con algunas variantes que el tiempo, los recursos pecuniarios, los materiales, etc. han hecho necesarias. Tan luego como se estableció canónicamente la congregación del Oratorio, los PP designados para estos oficios, tomaron la dirección ellos trabajos.

TOPOGRAFÍA DEL TEMPLO Y CONVENTO

El área del terreno es un cuadrilátero, que mide en su longitud 125 metros por 80 de latitud. El templo, en su longitud, es de 60 metros por 16 de latitud. El basamento de los muros y columnas es de piedra. El Orden arquitectónico es Corintio en su mayor parte, con mezcla de bizantino. El convento, de sólida construcción; con muros de tapia sobre piedra, mide en su frente 64 metros, tiene dos pisos, dos grandes claustros, con sus patios respectivos, un edificio de cocina, y espacioso huerto. Alguien ha dicho que la mitad del del edificio está enterrada; empecemos por los cimientos: Después de cavar más de dos metros, entre tierra vegetal, arena y barro flojo, en la extensión del Templo y Convento; se rellenó el cimiento de tierra tacada con mezcla de arena y piedra.

El terraplén para los muros, que miden metro veinte centímetros de espesor, estuvo terminado en breve tiempo, aprovechando el primer fervor de los habitantes de Ipiales, y de los indígenas de sus contornos.

La piedra para los cimientos fue conducida del río Carchi, a un cuarto de legua de la ciudad. El histórico cuadro de San Felipe presidía estas marchas de trabajo; y era verse a las damas damiselas y caballeros de Ipiales, coloraditos, como amapola, sudando la gota gorda, y a las espaldas, la piedra, el ladrillo la teja etc. para la fabrica del Templo y Convento., una y mil veces en la tan penosa faena, que ha perdurado casi cinco lustros. ¡Cuántas veces los habitantes de Ipiales, subieron fatigados la cuesta que, del Carchi, conduce a la ciudad! ¡hermosas perlas en la corona de la inmortalidad! Todavía se recuerda con gratitud y admiración, al pueblo de Pupiales, cuando la preparación de los cimientos. Estaba entonces Ipiales en regocijos públicos. Más de 200 pupialeños vinieron en rigurosa formación por el antiguo camino de Pupiales atravesaron por la diagonal de la Plaza y, con lujo de entusiasmo, trabajaron gran parte del día. Así por el empeño de este pueblo y de los indígenas de los alrededores de Ipiales se llevó a cabo la grande obra de los fundamentos del Convento e Iglesia.

DESCRIPCIÓN DETALLADA DEL TEMPLO

El templo es de naves, la central mide 8 metros y las dos de los lados 4 metros cada una. Total: 16 metros de ancho por 60 metros de latitud. El pavimento es tabla, artísticamente construido sobre vigas que descansan en piedra, con relleno de arena para evitar la resonancia. El Presbiterio se levanta sobre tres gradas circulares de piedra y el pavimento es asfaltado, con baldosines de las fábricas de España. Los muros o paredes son de tapia, tierra vegetal tacada, de metro veinte centímetros de espesor, con mezcla de arena. Por su consistencia equivalen al cal y canto. Los plintos de las columnas en número de 14 son sillares de piedra. Bases, columnas, capiteles, cornisamentos, arquerías, arco de puertas, ventanas, etc. son de cal y ladrillo. El arco que sostiene el coro es cuasi recto, notable por su especial estructura. El adorno del capital de las columnas, hojas de acanto y volutas, son de zinc, traídas de las mejores fábricas de Norte América, con un apéndice de barro, modelado por el hábil artista Luis Acosta, por haber quedado el adorno algo corto al alto del capitel, Tan bien ejecutado quedó este trabajo de la delación y prolongación de las hojas, que no se nota ningún desperfecto. Dos series de ventanas, en los muros y sobre la arcada, dan luz y elegancia al grandioso templo. Tres ventanas circulares o claraboyas, adornan y embellecen el frontis del edificio. Al respaldo del templo y ante el presbiterio hay un grupo de tres ventanas que dan una luz y elegancia no comunes.

Sobre solidas vigas o tirantes, descansan las tijeras reinas, y sobre estas y varengas el techo que es zinc, provisto de tuberías para los desagües. El Altar central o Mayor, es de estilo Corintio, con cinco nichos y un Sagrario para la Exposición Mayor de esmerado gusto artístico, tallado por el celebérrimo ebanista Justiniano Revelo. La pintura del Altar es de clásico gusto. Los Altares de las naves laterales son idénticos, de estilo u orden gótico puro, tallados y fabricados en madera pro el mismo renombrado artista Justiniano Revelo.

DECORADO O PINTURA DEL TEMPLO

La pintura o decorado es a la acuarela, pero muy consistente y duradera, ejecutada por los hables artistas pastenses, Sr. Joaquín Sánchez, Juan Sánchez y Rosendo A. Delgado.

Los zócalos de las naves, columnas, presbiterio etc., son al óleo, para mayor duración y elegancia. El decorado de la bóveda del presbiterio consiste en ricas planchas decoradas de mosaicos, en número de cuatro en cuyo fondo y distributivamente, se lee esta inscripción del Oficio propio del Sto. Fundador Felipe Neri: <<Venite adoremus Regem Regum qui in Domum Orationis nos congregavit.>> El relieve de los arcos, ventanas, capiteles cornisas, imita con mucha propiedad los mármoles de Carrara, en la artística pintura y combinación de sombras, vetas y colores. Las fajas del arquitrabe están decoradas con dibujos de arte, propios de orden Corintio. Los cielos planos del cuerpo del templo ornamentados a rectángulos y cuadros con franjas y azulejos que, por las sombras, perspectiva y combinación de colores, parece se destacan a bulto y de alto relieve, realzando admirablemente la decoración, según el gusto de Viñola y modernos artífices. Las paredes, a medio color azul, presentan imitación de columnas, ventanas, medallones, cuadros, realizados con sombras muy bien dadas y dibujos de exquisito gusto, propios de orden arquitectónico. El Conjunto guarda simetría, orden y variedad. Suspensores de lámparas en bulto y decoradas, realzan majestuosamente el cielo del templo.

Cálculo aproximado del capital invertido en la Iglesia y Convento

$ 40.000 el Convento, aun inconcluso, y 80.000 el Templo, es la baja tasación que se formado. De donde hayan salido los ciento veinte mil fuertes, que cuesta hasta el presente la obra, esto es lo admirable. Cuando los PP. emprendieron en la construcción la Caja del Tesoro común para todo, contenía cincuenta pesos, suma que se gastó en la alimentación del RR PP., de modo que no queda otra cosa sino confesar: Dilegilus Del esl hie.. Las listas de contribuyentes, que conformó la junta en parte, como siempre sucede en las erogaciones gratuitas, dieron sus limosnas, y la mayor parte de las sumas ofrecidas se quedaron escritas.

Muchos son los medios que se han ingeniado para colectar limosnas: se han elevados solicitudes a los congresos, Asambleas, en este lapso de tiempo, y nos han favorecido. Los PP. y HH de la Congregación han pedido limosnas en casi todos los pueblos de la Diócesis de Pasto, y en algunos pueblos de la Arquidiócesis de Popayán. Se han promovido Bazares. Algunas personas de buena voluntad, cuyos nombres conserva con gratitud esta Congregación, nos han auxiliado con sus limosnas. Los mismos PP: del Oratorio, de escasos ahorros, y algunos y aún de lo necesario para la vida, no han escaseado sus limosnas. Uno que otro legado por testamento, con mucho trabajo para recaudar las sumas, han ingresado en la Caja de la obra. Todo lo apuntado en suma total, no viene a ser otra cosa sino limosna de corazones católicos y llenos de piedad. ¡Dios les pague!

MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN PARA LA OBRA

La cal, elemento necesario para la construcción, ha venido, con mucho dispendio de plata, de más de una jornada de camino y mal camino. De las faldas del Chiles, del Azufral, de Chambú, con inmenso trabajo para el traslado y elaboración.

La piedra sillar para las columnas, andenes etc. desde las canteras de Las lajas, a una legua de camino, y toda la demás desde el Río Carchi.

La madera en sus diversas clases, de las montañas de Pupiales, Potosí, Córdoba, Puerres y Gualmatán. El bejuco, chacla, guayar etc. desde Iles y otros pueblos. La leña para la preparación del ladrillo cadi de todos los pueblos cercanos a Ipiales, no una sola vez, sino más de cien veces.

El ladrillo, la teja, de las diversas fábricas de la ciudad. El barro, la tierra vegetal, la arena, del propio huerto. Gran parte de la madera, para las vigas de los entresuelos de un bosque plantado junto al río Carchi. Imponderables son los trabajos que se han llevado a cabo para el acopio de estos materiales, el zinc para el techo ha sido importado de Nueva York. El Yeso desde las rocas del río Guáitara u aun de la República vecina de Bolívar (Ecuador). Lo que se deja ver en la edificación de un templo es que toda la naturaleza, de alguna manera, contribuye a rendir homenaje a la majestad del Eterno.

Parque La Pola. (Ipiales) Al fondo, costado derecho el Oratorio San felipe Nerí  1ños 50, aproximadamente.

ARTÍFICES DE LA OBRA

Los maestros, oficiales, jornaleros, desde el comienzo de la obra, han sido en gran número bien retribuidos.

Los presos de la cárcel, algunos indígenas y gentes del pueblo en reducido número, alguna que otra vez, han prestado gratis su trabajo personal y físico.

Los caballeros, alguna vez y por rareza, las señoritas y las gentes del pueblo siempre nos han prestado su auxilio para el traslado de materiales, y en oficios compatibles con su cualidad. Tapias, obra de albañilería, techos, entablados, colores, decorados etc. han constado grandes sumas de dinero, lo mismo las herramientas y demás utensilios para el trabajo.

PERCANCES QUE HA SUFRIDO LA OBRA

Se dice que las obras de Dios siempre llevan el sello de la contradicción y de la prueba. Así se ha verificado con la obra de N. S: P. en ven veinticinco años que llevamos de trabajo, que de veces se han agotado los recursos pecuniarios y ha tenido interrupción la obra. ¡se ha luchado muchas ocasiones, quién lo creyera, hasta con personas que debían ayudarnos. Tal fue la época de infausta recordación, cuando un cierto empleado de la Provincia, trabó lucha con el pueblo de Pupiales, que nos hacía el inestimable bien de conducir desde sus montañas, chacla y madera par nuestro templo. Allí sufrieron hasta personas connotadas de esta sociedad, yendo a parar a una cárcel por el delito de favorecer a los pupialeños, que por la calle principal conducían la madera. Mis ojos de sacerdote vieron dar en tierra el cuadro histórico de San Felipe, ue presidía esa marcha. Los que cometían tal barbarie, eran los policías de ese entonces, instigados por aquel Empleado. Cuán diversa es la situación de hoy; los policías nos han regalado gran parte de piedra para sentar las vigas del entablado del pavimento, conduciéndolas desde el río sobre sus hombros, esto es digno de encomio.

En un traslado de cal desde Chiles, sufrió indecible el pueblo de Ipiales, por haber caído, hombres y cal, como en rehenes y contrabando en la ciudad de Tulcán. Empero nuestro Cónsul gestionó lo conveniente y el Gobierno del ecuador puso en libertad a nuestros hombres y las cargas que conducían.

Cuando se construían las columnas y arcos de la nave central, se vino a tierra el andamio, cayeron columna y arco, causando la muerte al principal operario y a un albañil, no hay para que decir que se perdió gran parte del material.

El terremoto del 30 de enero e 1906 nos causó en los muros algunos desperfectos y en algunos arcos.

Los cacos, que no faltaban, robaron, en c cierta ocasión, 80npilares que estuvieron preparados para la armadura de los corredores del Convento.

La infausta revolución de 1900 paralizó el Colegio y la obra material de la construcción, casi durante tres años, teniendo, por necesidad, de servir de cuartel. La parte construida del convento, por ser la casa de combate más capaz y defendida. Hasta hoy conserva uno que otro balazo o vestigio de los tres días de combate en esta población y del cañón filibustero del Ecuador.

Una campaña de la fábrica de Palencia (España) Regalo del Sr. Don Nicanor Guerrero, naufragó cuando el vapor Chiriquí se fue apique cerca de Tumaco. En vista del aseguro se puedo recaudar otra, pero no e las condiciones de la primera.

El adorno metálico de los capiteles de las catorce columnas, llegó por el mal empaque y dificultad de traslado, desde los <estados Unidos, muy deteriorado y hasta corto, el hábil artesano Luis Acosta, trabajó mucho para reconstruirlos, como la se dijo.

Debo consignar aquí, si posible me fuera, con caracteres de oro la página brillante y a la vez difícil que le tocó al meritísimo R. P. Manuel A. Terán, S. O., (q. e. P. d.) por Pontes y por breñas para los materiales de madera y cal, que con tanto trabajo y empeño condujo para la obra. Mucho pudiera decir de otros tantos RR. PP. de este Oratorio mas parece que las laudes se quedaron para después de muertos.

También ha sido no pequeño percance, el haber tenido que deshacer lo ya hecho, ya por falta de experiencia y pericia de los artistas, ya por las circunstancias de mayor duración, solidez etc., como la de haber tenido que rehacer el entechado.

La prolongada guerra europea ha encarecido en gran manera los materiales de construcción, hasta la clavazón que cuesta un sentido.

Para concluir no se crea que el presente folleto obedece a ponderar nuestros sacrificios y pobrecitos trabajos o a recabar alguna admiración, no, Dios lo sabe, él se dirige a dejar a las generaciones venideras un ejemplo de cómo se trabaja para la gloria de Dios y bien de las almas, y que la constancia corona la obra

Plaza La Pola Remodelada (2024). en 2017, los adres del Oratorio tuvieron que vender parte de la edificación donde funcionaba el Colegio San felipe Neri, para pagar una deuda. nadie se opuso a tal despropósito. Hoy ahí particulares construyeron un parqueadero, sobre el costado de la calle 4a. y varios locales comerciales que dan sobre la carrera 5a.