Alfonso Alexander Moncayo, nació En San Juan de Pasto (1906) y murió en la misma ciudad (1985), escritor de exótica y privilegiada inteligencia. Vivió durante muchos años en Ipiales donde participó como columnista y editor de varias publicaciones.

Un encarnizado escritor, actitud que le representó su exilio voluntario de su ciudad natal cuyos paisanos lo declararon persona no grata a raíz de una novela (“SIMA”) que publicara y que no dejó muy bien plantada a la capital nariñense.

Según el escritor Guillermo Segovia Mora, en su página web: Quimeras, Opiniones personales sobre la vida social: (http://guillermosegoviamora.blogspot.com/2009/08/alfonso-alexander-sandino-y-sima.html ) ‘’en 1929, Alfonso Alexander Moncayo abandonó sus estudios de ingeniería civil en Popayán y se fue a rodar por el mundo con sus versos’’ emprende viaje por diferentes países, sur y centro americanos Ecuador, Venezuela, Panamá, Honduras, México, en Tegucigalpa, siendo reportero de El Universo fue enviado a entrevistar a Augusto César Sandino, el Caudillo nicaragüense.

En Nicaragua, Alexander de un espíritu fogoso y varonil, incursiona llevando cartas de presentación al líder Augusto Sandino; en 1930, ingresa en las tropas insurgentes sandinistas con el grado de soldado. En Nicaragua, este atildado historiador, escribe diferentes crónicas sublimándose a lo desconocido y desarticulando audazmente el espíritu sandinista.

Era el comienzo de esta aventura que tornase en el cielo de Nicaragua una epopeya que estremeció los más recónditos lugares del planeta: Huracán de liberación. Allá estuvo Alfonso Alexander Moncayo llamado por Sandino ‘’hermano’’.

En 1931 es ascendido de grado por parte del comando de fuerza Sandinista estando presente el General Colindres y, por supuesto, César Augusto Sandino; quien lo distinguió con el título de Capitán Colombia y ya con anterioridad lo había nombrado su secretario.

Sandino se escribía cartas con el Capitán Alfonso Alexander Moncayo, misivas que le traían recuerdos de honor inolvidables como, por ejemplo: ‘’Mí muy querido Capitán y hermano… Tan pronto tengamos el papel especial para los despachos militares, le enviaremos el suyo, no crea aún que se nos olvida el servicio patriótico de ese nuestro hermano colombiano que supo poner en alto el honor y prestigio de su patria y su raza. Augusto César Sandino’’

Alfonso Alexander Moncayo, nació En San Juan de Pasto (1906) y murió en la misma ciudad (1985), escritor de exótica y privilegiada inteligencia. Vivió durante muchos años en Ipiales donde participó como columnista y editor de varias publicaciones.

Un encarnizado escritor, actitud que le representó su exilio voluntario de su ciudad natal cuyos paisanos lo declararon persona no grata a raíz de una novela (“SIMA”) que publicara y que no dejó muy bien plantada a la capital nariñense.

Según el escritor Guillermo Segovia Mora, en su página web: Quimeras, Opiniones personales sobre la vida social:   http://guillermosegoviamora.blogspot.com/2009/08/alfonso-alexander-sandino-y-sima.html  ‘’en 1929, Alfonso Alexander Moncayo abandonó sus estudios de ingeniería civil en Popayán y se fue a rodar por el mundo con sus versos’’ emprende viaje por diferentes países, sur y centro americanos Ecuador, Venezuela, Panamá, Honduras, México, en Tegucigalpa, siendo reportero de El Universo fue enviado a entrevistar a Augusto César Sandino, el Caudillo nicaragüense.

En Nicaragua, Alexander de un espíritu fogoso y varonil, incursiona llevando cartas de presentación al líder Augusto Sandino; en 1930, ingresa en las tropas insurgentes sandinistas con el grado de soldado. En Nicaragua, este atildado historiador, escribe diferentes crónicas sublimándose a lo desconocido y desarticulando audazmente el espíritu sandinista.

Era el comienzo de esta aventura que tornase en el cielo de Nicaragua una epopeya que estremeció los más recónditos lugares del planeta: Huracán de liberación. Allá estuvo Alfonso Alexander Moncayo llamado por Sandino ‘’hermano’’.

En 1931 es ascendido de grado por parte del comando de fuerza Sandinista estando presente el General Colindres y, por supuesto, César Augusto Sandino; quien lo distinguió con el título de Capitán Colombia y ya con anterioridad lo había nombrado su secretario.

Sandino se escribía cartas con el Capitán Alfonso Alexander Moncayo, misivas que le traían recuerdos de honor inolvidables como, por ejemplo: ‘’Mí muy querido Capitán y hermano… Tan pronto tengamos el papel especial para los despachos militares, le enviaremos el suyo, no crea aún que se nos olvida el servicio patriótico de ese nuestro hermano colombiano que supo poner en alto el honor y prestigio de su patria y su raza. Augusto César Sandino’’

Alfonso Alexander Moncayo, como nariñense resalta su espíritu de aventurero, recorre los países latinoamericanos de sur a norte con alardeada sagacidad intelectual crea escenarios literarios, políticos, sociales, culturales, religiosos y en cada espacio escénico lapida en la piedra del pensamiento la historia que recolectó de su vivencia práctica por las tierras paisajistas del centro y sur de América con un detalle particular como él lo sabía hacer

Es autor de las siguientes obras: Sandino (Edit. Ercilla, Santiago de Chile 1937, (biografía novelada de Augusto César Sandino) donde narra aspectos muy singulares sobre la vida del héroe; Sima (Bucaramanga 1939), novela de carácter social y la vida lírica de un símbolo (Pasto, 1944). En sus relatos de sangre queda la huella de su participación en la revolución nicaragüense.

En Ipiales vivió durante tres épocas: la primera durante los años cuarenta, retorno después de haber estado en Nicaragua y, finalmente en sus últimos días, entes de su muerte. Casado con una Ipialeña con la cual tuvo tres hijos.

Jorge Arturo Bravo, en su texto hombres ilustres de Nariño II, hace el siguiente comentario sobre el periodismo de Alexander “Sin ninguna duda Alexander en el mundo periodístico, se constituyó en un periodista duro, fustigante, satírico, mordaz y quemante, especialmente en el periodismo que desarrollo en la ciudad de Ipiales a través del periódico “Cartel” del cual fue su fundador y propietario. En cada ejemplar de este periódico se lee el siguiente cabezote “el pueblo ya está cansado de discursos. Ahora exige hechos de beneficio económicos”

A partir de la aparición del Periódico Sur Liberal, en Ipiales, Alfonso Alexander se desempeña como Columnista y se dedica a resaltar la imagen del recién sacrificado caudillo Jorge Eliécer Gaitán, así como a rescatar las tradiciones, costumbres e historia del Pueblo Ipialeño.

La actitud intelectual de Alfonso Alexander, en cierto modo, es el resultado de la vida cultural colombiana de la época, del efecto y consecuencia del discurso de quienes lo acompañaron en sus locas aventuras de su vida.

No cabe ninguna duda que, en el mundo periodístico, fue un periodista duro, irónico, mordaz, ofreciendo un cierto grado de audacia, encausando al lector a un discurso con presencia de puntos de vista altamente polémicos para la clase social burguesa e incitando a la reivindicación a la clase social obrera.

Alexander representó un papel fundamental como referencia simbólica al abrir caminos y direcciones, al igual que criterios contestatarios en la motivación de despertar una conciencia con actitudes reflexivas al sistema de gobierno de ese momento y del futuro, fue audaz en pronunciar su punto de vista sobre la verdad de la identidad y la proyección hacia el porvenir de la sociedad colombiana y especialmente del nariñense. Alexander, se perfila como el ideólogo de la masificación de las actitudes políticas al servicio del liberalismo con tendencia socialista,

“SIMA”, ENTRE LAS MEJORES CIEN NOVELAS DEL SIGLO XX, EN COLOMBIA.

Hace 84 años se publicó “Sima”, de Alfonso Alexander Moncayo. Novela apasionante acerca de una ciudad teológica, sifilítica y mística; considerada entre las cien mejores novelas de la historia literaria del país por el prestigioso crítico e historiador Enrique Santos Molano.

“Sima” narra las vivencias de un hijo pródigo al retornar a su ciudad natal y sus percepciones ante la vida disoluta, corrupta e hipócrita de una urbe degradada. El escenario de buena parte de la trama es la casa de citas de Las Palencia frecuentada por notables y curas, desde donde se propaga la sífilis. Tragedia amenizada con amores sibilinos, venganzas y brujería. Ese mundo de lupanares y meretrices. (…)

Etimológicamente, el significado es preciso para el contenido, sima: depresión, precipicio, barranco. “Sima” es la visión del extraño que llega con una mirada de afuera, pero termina sumido en la destrucción colectiva que carcome la vida urbana.

En parte, con “Sima” Alfonso Alexander cobró cuentas a quienes lo ignoraban, en parte, quiso hacer catarsis, sacudir el adormecimiento, la indiferencia, la pasividad y la indolencia social de décadas. Por su calidad y estilo.

Al comprometer hechos y personajes de la cotidianeidad de la capital nariñense descritos con extrema crudeza, desató un escándalo que obligó al autor a abandonar la ciudad por varios años ante la iracundia de muchos personajes aludidos que compraron los escasos ejemplares de la primera edición para incinerarlos.

Exhibió de manera descarnada y exagerada, como recurso literario y de provocación, los vicios que carcomían el establecimiento en los órdenes político, religioso y social, evocando “La Peste” de Albert Camus y en concurrencia con la germinante novela urbana colombiana” *

 *Librado Zamudio Mena. “El pensamiento político y social en Alfonso Alexander Moncayo.